Florencio Varela despide con profundo dolor al Presbítero Alfredo Lorenzo Lorenzo, un hombre de fe y entrega que dejó una huella imborrable en la comunidad. El sacerdote, nacido el 17 de octubre de 1966 en Tejeda, Las Palmas de Gran Canaria, España, falleció el 16 de febrero de 2025 en su tierra natal, tras una ardua lucha contra una enfermedad que lo alejó de su labor pastoral en Argentina.
Un legado de fe y compromiso en la diócesis de Quilmes
El Padre Alfredo fue ordenado presbítero el 22 de octubre de 1999 por el Siervo de Dios, Obispo Jorge Novak, siendo parte de la Comunidad de la Asociación ADSIS. Su camino pastoral en la Argentina comenzó en Florencio Varela, donde el 25 de noviembre de 1999 asumió como Administrador Parroquial de la Parroquia Virgen de la Divina Providencia. Desde allí, no solo guió a su comunidad, sino que también fortaleció el trabajo formativo en el CEFITEQ y el Instituto de Catequesis San Pablo Apóstol.
Su labor trascendió Florencio Varela cuando, en 2011, el P. Obispo Luis Stöckler autorizó su traslado a la diócesis de Morón, donde continuó su misión en la parroquia encomendada a ADSIS. Sin embargo, su vínculo con Quilmes y Varela nunca se rompió: siguió acompañando espiritualmente a quienes lo conocieron, dejando una marca imborrable en la pastoral juvenil y en la formación de nuevas generaciones de la Iglesia.
El regreso a España y su último adiós
En los últimos años, el P. Alfredo enfrentó una dura enfermedad que lo llevó a regresar a su tierra natal, donde, rodeado por su familia y amigos, continuó su vida de fe con la misma alegría, templanza y entrega que lo caracterizaron. Finalmente, el 16 de febrero de 2025, el Señor lo llamó a su encuentro, dejando un profundo vacío en quienes lo conocieron.
Un mensaje de despedida y gratitud
Desde la Diócesis de Quilmes, los Obispos Carlos Tissera y Eduardo Redondo expresaron su pesar y gratitud por el servicio del Padre Alfredo:
«Tenemos el agrado de llegar a ustedes en este momento de profundo dolor debido a la Pascua del querido P. Alfredo, quien ha quedado en la memoria y el corazón de esta diócesis por su fiel servicio y por su entrega generosa a esta porción de Iglesia.»
El Canciller de la Diócesis de Quilmes, Pbro. Armando Ireneo Dessy, también destacó su compromiso inquebrantable y su espíritu sinodal, que lo llevó a acompañar los ministerios episcopales de los Obispos Novak y Stöckler con gran dedicación.
La comunidad eclesial, fieles y amigos lo recuerdan con cariño y elevan oraciones para su eterno descanso. Que María Inmaculada, patrona de la diócesis de Quilmes, fortalezca a su familia y a todos aquellos que lo acompañaron en su camino de fe. ¡Hasta siempre, Padre Alfredo!