En el corazón de Florencio Varela, donde el eco de la tragedia aún recorre las calles de tierra y los pasillos del barrio Mayol, una nueva revelación volvió a sacudir el caso del triple crimen que conmocionó al conurbano bonaerense.
En un video difundido por su abogado, Daniel Giaquinta, la imputada Celeste Guerrero, inquilina de la casa donde fueron halladas sin vida Brenda del Castillo, Lara Gutiérrez y Morena Verdi, rompió el silencio. Con la voz quebrada, pero segura, pronunció una frase que heló la sangre de los investigadores:
“Llamaron a la familia de una de las chicas mientras la torturaban.”
La grabación, que circuló horas atrás entre medios y redes, muestra a Guerrero conversando con su defensor desde un lugar de detención. Sin apartar la mirada, reconstruye la secuencia del horror: las amenazas, los gritos y el momento en que su pareja, Miguel Villanueva Silva, habría ejecutado a una de las víctimas cuando intentó escapar de la vivienda de la calle Chañar.
“(Me dijo) Que le habían robado a Sotacuro 30 kilos, 300 kilos, no sé… después me dijeron 300 kilos, una de las chicas con su familia”, declaró Guerrero ante su abogado, en alusión al supuesto motivo del crimen.
En el video, que ya forma parte del expediente judicial, se escucha a la joven intentando explicar la trama de venganza narco que habría detonado la masacre. El relato, duro y caótico, pinta un cuadro de violencia extrema, consumo, encierro y miedo.
Fuentes judiciales confirmaron que la confesión será incorporada al expediente que lleva adelante la fiscalía de La Matanza, que investiga el rol de cada uno de los implicados en los asesinatos de las tres jóvenes.
Mientras tanto, el barrio sigue en estado de conmoción. En las esquinas, los vecinos todavía hablan del caso con un tono entre el espanto y la desconfianza. “Acá todos sabíamos que esa casa traía problemas”, dice una vecina de Chañar al 1100, donde el olor a humo y miedo aún flota en el aire.
En Varela, la historia se repite como un eco del conurbano profundo: drogas, jóvenes atrapados y una cadena de violencia que parece no tener fin. Pero esta vez, una voz desde adentro rompió el pacto del silencio. Y lo que dijo, estremeció a todos.

