El Parque Pereyra Iraola de Berazategui se convirtió en el escenario de un intrincado rastrillaje que buscaba respuestas sobre el paradero de Lucas Escalante. El joven desaparecido en diciembre pasado tras partir de Florencio Varela junto a su compañero Lautaro Morello, cuyo cuerpo sin vida fue hallado días después, sumergiendo a la comunidad en una trama misteriosa que todavía aguarda por su desenlace.
En un operativo meticuloso que involucró a fuerzas policiales, equipos de Defensa Civil y Bomberos, los esfuerzos se concentraron en la zona cercana a la Estación de Cría de Animales Silvestres, perteneciente al Ministerio de Desarrollo Agrario provincial. Las antenas de un celular vinculado al comisario mayor Francisco Centurión, uno de los detenidos en este caso, dirigieron el rastrillaje hacia esta localidad del sur del conurbano.
El rastreo abarcó la mayor parte de la jornada, con la esperanza de encontrar alguna pista que pudiera arrojar luz sobre el destino de Lucas. Sin embargo, en un giro desalentador, el despliegue no dio frutos positivos, según fuentes cercanas a la investigación. Se prevé que los esfuerzos retomen la semana siguiente en un nuevo punto de interés.
Francisco Centurión, en los últimos días, fue sometido a prisión preventiva por cargos relacionados con malversación de fondos públicos, mientras que la privación ilegal de libertad de Escalante no figuraba entre los motivos. El fiscal Daniel Ichazo solicitó este último cargo, pero el juez Julián Busteros decidió en contra, lo que generó la apelación del fiscal para que la Cámara de Apelaciones de Quilmes intervenga.
En un panorama legal complejo, Ichazo destacó la necesidad de que las decisiones judiciales estén respaldadas por una fundamentación sólida, protegiendo contra cualquier atisbo de arbitrariedad. Según el fiscal, la exclusión de Centurión en relación a la privación ilegal de libertad sin un sustento claro en la resolución subraya la necesidad de un análisis exhaustivo.
Las conexiones familiares y las múltiples aristas del caso han tejido una trama digna de una novela de suspenso. Las figuras de Cristian y Maximiliano Centurión, sobrino y primo respectivamente, figuran en el centro de las acusaciones por el asesinato de Morello y la presunta captura de Escalante. El comisario Sergio Enrique Argañaraz también se encuentra involucrado, enfrentando cargos por encubrimiento.
En este tablero de intrigas, el Parque Pereyra Iraola se alza como un escenario central, donde cada rincón puede ocultar claves cruciales para desentrañar la verdad detrás de la desaparición de Lucas Escalante y la tragedia de Lautaro Morello. Mientras el sol se oculta en el horizonte y la incertidumbre se cierne sobre el barrio, la búsqueda de respuestas continúa, con la esperanza de arrojar luz sobre la oscuridad que rodea este enigma que ha mantenido a la comunidad en vilo.