Hilario Balbi no lo podía creer. Había llegado temprano a la cola del Banco Nación de Florencio Varela. Quería evitar las horas de mayor calor. Por eso, cuando el empleado bancario anunció que se cortó la luz sintió una enorme bronca.
Unos kilómetros más allá, en el Cruce Varela, los alumnos salían en marea de la sede de la Universidad Nacional Arturo Jauretche. El servicio de energía eléctrica se había interrumpido a la madrugada y no se restablecía, lo que también originaba la escasez de agua.
Es que los prolongados cortes de luz a los que ya tiene acostumbrados EDESUR impacta en la vida cotidiana. En el hogar y fuera de él.
Cerca de las 11 de la mañana, en Aristóbulo del Valle y Alberdi, los clientes del Banco Nación que no podía cobrar sueldos cortaron esa esquina, fundamental para el tránsito a esa hora. Desistieron después de una charla con los efectivos policiales.
En las paradas de la UNAJ los colectivos no daban abasto ante la salida intempestiva del alumnado.Para colmo, los semáforos tampoco funcionaban y cruzar la avenida Calchaquí era una verdadera odisea. Está dicho, la empresa EDESUR tiene muy pocas luces.