Dirigentes e intendentes tradicionales del Partido Justicialista (PJ) bonaerense aceleraron esta semana las reuniones con exponentes de otros sectores pejotistas de la provincia de Buenos Aires con la finalidad de conformar un amplio frente peronista no kirchnerista que incluya al ex ministro de Interior y Transporte Florencio Randazzo, pero sin descartar la posibilidad de sumarse a fin de año a un espacio liderado por el diputado nacional Sergio Massa.
Uno de los tantos efectos de la bomba que estalló en el seno del peronismo luego de la detención ‘in fraganti’ del ex funcionario kirchnerista José López fue la vuelta de distintos cónclaves en la sede de Matheu 130, donde varios referentes del PJ bonaerense se mostraron preocupados por el futuro político de cara a las elecciones legislativas del próximo año, por lo que buscan caminos para reorganizar el partido, con la figura de Randazzo a la cabeza, como primer objetivo.
El efecto López también marcó a fuego en el peronismo la premisa «renovación sin kirchneristas» por lo que los líderes distritales de cada sección electoral comenzaron a llamar por teléfono a aquellos intendentes y legisladores justicialistas que «no están tan ligados» al kirchnerismo y «representan una cara nueva para la gente».
La iniciativa, orientada a armar un frente peronista que también podría incluir a dirigentes sindicales y, en el caso de que el panorama no sea favorable, pasar a un frente pejotista conducido por Massa.
Luego del cimbronazo, el primer encuentro en la sede de Matheu viene de ser encabezado por tres referentes del conurbano bonaerense como Julio Pereyra (Florencio Varela), Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Fernando Espinoza (La Matanza), y además participaron algunos de los nuevos intendentes peronistas que están alejados de la figura de los antiguos barones municipales y también del kirchnerismo como Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) y Gustavo Menéndez (Merlo).
El mensaje que dieron los dirigentes tradicionales, según pudo averiguar Télam, fue contundente y claro: «Nos tenemos que unir todos los peronistas para frenar y cambiar el proyecto de país de (Mauricio) Macri, pero debemos hacer una renovación en el partido y mostrar a la sociedad un verdadero y puro peronismo, sin La Cámpora ni kirchneristas», contó uno de los asistentes.
Otro de los dirigentes del PJ provincial que impulsa con mayor vehemencia la renovación partidaria adelantó que las próximas semanas habrán reuniones con el sector denominado los ‘Apóstoles’ que nuclea justamente a aquellos jefes comunales peronistas jóvenes, con buena imagen, sin el desgaste típico de años de gestión y que además tienen la particularidad de tener una buena relación con el gobierno nacional y el provincial de María Eugenia Vidal (Cambiemos).
Jóvenes con varios años de experiencia, encajan en ese ítem los intendentes Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Gabriel Katopodis (San Martín), Juan Zabaleta (Hurlingham) y Mariano Cascallares (Almirante Brown), que saben de su capital político por «ser los menos identificados como kirchneristas», enviaron señales de una «pronta unidad» pero remarcaron que serán ellos quienes impongan las condiciones de lo que ellos denominan ‘la nueva política’.
«Queremos dirigentes con una gestión más eficiente, que representen a la gente con su problemática real siendo una oposición seria, dialoguista y que está dispuesta a construir», lanzaron allegados a un jefe comunal de la primera sección electoral que además cuestionaron que en las elecciones pasadas «el PJ representó al peronismo y no a la gente».
En ese sentido, este grupo de intendentes pregona: «Si arrancamos por los nombres para ser candidato es muy difícil. Arranquemos por los problemas de sectores específicos y construyamos desde abajo con la gente que sufre aprovechando que ahora no aglutina nadie desde arriba».
Esta máxima justicialista también hizo mella en los otros sectores peronistas que aceptarían la metodología impuesta por ‘los apóstoles’ que además aclararon que «Sergio (Massa) nunca tiene la puerta cerrada y claro que vamos a hablar con él, pero más cerca de las elecciones».
A pesar de que la tendencia del PJ a nivel nacional es ir a buscar al ex intendente de Tigre para que lidere la ‘renovación’, en el peronismo bonaerense ese camino no sería tan simple porque surgen algunas resistencias que se saldarían por el peso propio de los sondeos de opinión ya que para los intendentes justicialistas dialoguistas las cartas ya están echadas y la victoria recae en manos de Massa, quien ya deslizó que varios dirigentes serán parte del pasado, entre ellos el ex gobernador bonaerense Daniel Scioli.
Algunos de los hombres que están hace décadas en la arena política resignarían ser figura central en su distrito pero aportarían su armado con tal de triunfar en el 2017 y recuperar el poder en la provincia y en la Casada Rosada.
Desde el sciolismo, en tanto, ya surgió la resistencia a la figura de Randazzo, que será superada fácilmente según pronosticó uno de los ex intendentes que apoyó a Scioli en su campaña presidencial y ahora lo considera «un dirigente que no conduce ni suma».
En este marco de incertidumbre y huida del Frente para la Victoria, todos los peronistas de diferentes sectores de la Provincia -en off- coinciden en que en el 2017 «nos unirá el espanto» y que la gente «sólo nos apoyará si nos mostramos diferentes al kirchnerismo, siendo una alternativa a este gobierno neoliberal sin renunciar a las banderas del peronismo».
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