El caso que sacudió a Florencio Varela y mantiene en vilo a todo el país sumó en las últimas horas una noticia que cayó como un baldazo de agua fría para las familias.
Los análisis de ADN realizados sobre las prendas de Paloma Gallardo (16) y Josué Salvatierra (14) dieron resultado negativo, sin hallarse rastros genéticos que permitan identificar al o los autores del doble homicidio ocurrido el pasado 30 de enero en un descampado de la localidad de Bosques.
“No se halló un perfil genético diferente al de las víctimas”, confirmó el abogado de la madre de Paloma, Aníbal Osorio, quien reconoció que esto “complica la investigación”.
La pericia se realizó sobre la ropa y otros elementos encontrados junto a los cuerpos. Para los investigadores, la ausencia de ADN refuerza la hipótesis de que los adolescentes fueron atacados por personas con experiencia para no dejar rastros.
Un escenario propicio para el crimen
La noche del ataque, Paloma y Josué desaparecieron cuando, según las primeras versiones, se dirigían a un gimnasio. Sus cuerpos fueron hallados 48 horas después cerca de las vías del tren Roca, en un terreno sin luz, abandonado y rodeado de malezas.
El informe forense determinó que ambos murieron por traumatismos encefalocraneales graves provocados por fuertes golpes en la cabeza.
Una mente detrás del crimen
Julieta Salvatierra, hermana de Josué, expresó en redes sociales la bronca y desazón de la familia al conocer el resultado:
“Los asesinos sabían perfectamente lo que hacían, cómo lo hacían y cómo no dejar rastro. No fueron dos perejiles que pasaban por ahí… Esto estuvo planeado”.
La joven apuntó con dureza contra el primer fiscal de la causa, a quien acusó de “proceder de forma asquerosa desde el minuto uno” y enumeró las fallas que, según la familia, marcaron el inicio de la investigación:
- No recolectar todas las muestras posibles en la escena.
- No preservar el lugar donde fueron “plantados” los cuerpos.
- No solicitar las grabaciones de cámaras privadas y domiciliarias.
- No retener a testigos clave.
“Es devastador, pero no vamos a dar un paso atrás. Los chicos merecen justicia y no vamos a parar hasta que la tengan”, cerró Julieta.
La causa, sin detenidos
A seis meses del doble crimen, la investigación continúa sin arrestos.
Dos hombres, de 25 y 30 años, siguen bajo sospecha por su presunta participación en los hechos, y aún se esperan resultados de pericias informáticas sobre material secuestrado en un galpón cercano al descampado, que antes funcionó como sede de una congregación religiosa.
Mientras tanto, el dolor de las familias y el reclamo de justicia mantienen vivo en Florencio Varela un caso que, lejos de resolverse, parece hundirse en un laberinto judicial.

