El caso del joven asesinado en el barrio Pico de Oro dio un nuevo y macabro giro. En las últimas horas, se detuvo a un cuarto familiar involucrado en el brutal crimen. Se trata del primo de la víctima, un joven de 23 años, quien inicialmente había declarado como testigo pero ahora es acusado de haber participado activamente en el homicidio.
Con esta última detención, ya son cuatro los familiares arrestados por el asesinato de Lautaro Aquino, cuyo cuerpo apareció acuchillado y maniatado dentro de una zanja. Los otros detenidos son su hermana, su cuñado y un tío. Según informaron fuentes cercanas a la investigación, las pruebas recolectadas permitieron al magistrado disponer la aprehensión del primo, quien había intentado desviar la investigación al presentarse como testigo.
El rápido accionar de Estación de Policía de Florencio Varela y la fiscalía, bajo la dirección del fiscal Alejandro Provisionato de la UFI 1, permitió que en cuestión de horas el caso quedara prácticamente esclarecido. Tras identificar a Aquino a través de los registros del RENAPER y revisar las cámaras de seguridad, los investigadores descubrieron que un Volkswagen Voyage, utilizado para trasladar el cuerpo, pertenecía a una agencia de remis y era manejado por el tío de la víctima.
Con esta pista clave, los investigadores llegaron rápidamente a la familia de Lautaro. Testimonios y registros de mensajes telefónicos revelaron una trama de traición y codicia: una disputa por dinero proveniente de la venta de drogas llevó a Belén, hermana de Lautaro, y a su pareja a asesinarlo a golpes y puñaladas en su propia casa. Posteriormente, maniataron el cuerpo con una sábana y un cable y llamaron al tío para que se deshiciera del cadáver.
Cerca de las 5 de la mañana del miércoles, el cuerpo de Lautaro fue abandonado en una zanja del barrio Santa Rosa, a unas 50 cuadras del lugar del crimen. La participación del primo, inicialmente testigo, fue confirmada por las pruebas recolectadas, lo que llevó a su detención.