Argentina se encuentra en un frágil momento de su historia en torno a la compra-venta de automóviles. Es irónico y paradójico que al mismo tiempo, la industria automotriz nacional, está vendiendo escalonadamente hacia el exterior. La distinción entre ambos procesos políticos/económicos, tiene que ver con la necesidad de atraer divisas hacia el país. Para eso, las importaciones se limitan y las exportaciones se favorecen.
Es por esta dicotomía que existe una faltante en el número de los 0Kms del país. De la misma manera, existe una gran demanda en torno a estos pocos modelos existentes. Es por eso, que suben de precio estrepitosamente. Esa distorsión, donde se inflan las tarifas y se sobrevalúa cada producto, también crecen los precios de los usados. Al tratar de reemplazar a los nuevos, eso representa una falta de stock y demoras de entrega que es solamente justificado por los usados o seminuevos.
Por todo este proceso comercial, caen las ventas y suben los precios de los pocos modelos que hay en el mercado. Los autos no alcanzan. De esta forma, hay una multitud de gente que pujan por conseguir un vehículo. A más demanda, aumentan aún más los precios. Es economía básica. Funciona toda la ruleta financiera casi como una subasta.
Si nos enfocamos en los números, según las estadísticas, cada tres usados se vende sólo uno 0 Km, aproximadamente. Aunque el usado aquí aparece como una opción, estos no logran escapar al contexto y la coyuntura actual. Es por eso que los pocos modelos que se ofrecen, han crecido casi 18% en dos meses, en algunos casos particulares. De esos modelos, los que más se suelen comercializar son los Gol, Gol Trend, el clásico Corsa y la eterna Hilux. Si uno lo analiza con cuidado, son todos modelos que ya fueron descontinuados por las marcas o seminuevos.
Ante está estrepitosa aparición del mercado de usados, hay una situación negativa que se repite sin dudas en muchos casos. El grado de informalidad que se respira en el área, postula varias problemáticas a la hora de adquirir algún vehículo. Las transacciones particulares suelen traer diversos contratiempos o posibles engaños. Obviamente, esto tiene que ver con una cierta culpa que brindan los especuladores y la actualidad de incertidumbre e inestabilidad de la economía argentina. Por eso, siempre se recomienda apostar por un especialista, que verifique los detalles técnicos e históricos del auto en cuestión. Más aún si es usado. Revisar el VIN, – te recomendamos para ello https://www.carvertical.com/us/es – , el seguro, las infracciones y la situación impositiva, es una necesidad empírica para llevar adelante cualquiera de estos procesos.