Pablo Donato Molina (45) conoció a quien fuera su esposa Mónica militando activamente en la parroquia San Francisco Javier, del barrio homónimo de Florencio Varela. Tuvieron dos hijos. De origen humilde pero corazón grande buscó en el trabajo de la construcción el sustento para parar la olla y se afilió al sindicato de la UOCRA del que participó activamente en la elección que en el 2006 llevó por primera vez a Juan «Lagarto» Olmedo a la secretaría general de la seccional local que incluye a los partidos de Quilmes, Berazategui y Florencio Varela.
Los que lo conocieron en la humilde barriada varelense donde creció confirman siempre que Pablo era un «pacifista». «Le gustaba mucho la música nacional y siempre andaba sonriendo», cuentan. Sin embargo, aquel día de noviembre del 2006 en el que iba a asumir la nueva conducción gremial, una puñalada terminó con la sonrisa y la vida de Pablo Donato Molina y dejó a su familia y amigos en el más profundo dolor.
Cuatro años después del crimen, en el 2010, dos militantes de la UOCRA fueron condenados por el asesinato.Juan Carlos Trejo recibió condena de 10 años por ser el supuesto autor material y José Luis Sosa acusado de ser el autor intelectual recibió 5.
La aparición del mencionado Sosa, que ya cumplió su condena, en la toma de la sede de la UOCRA de Quilmes el jueves pasado generó una catarata de indignación entre los trabajadores de la construcción quienes motorizaron una movilización de autoconvocados para el viernes que terminó expulsando al grupo encabezado por Daniel Figueredo que permaneció varias horas en el edificio gremial.
Figueredo y los suyos, tal como publicó este medio, reclamaron puestos de trabajo a la intervención gremial a quienes acusó de «beneficiar» a la facción que conduce Juan Olmedo. Sin embargo, tras la publicación de algunas fotografías en las redes sociales y al notar la presencia de Sosa, se le volvió una contraofensiva que terminó eyectándolos de la seccional en un patrullero de la zona.
Quienes participaron de la marcha del viernes catalogaron a la desocupación de la sede gremial como «un día de triunfo para los numerosos trabajadores de la construcción autoconvocados, que en forma pacífica lograron recuperar la sede gremial de las manos de un puñado de delincuentes , entre ellos José Sosa , sindicado como coautor del asesinato de Pablo Molina en el año 2006, por lo cual cumplió condena ( trabajador constructor )».
En tanto, anunciaron que «la sede gremial permanecerá cerrada para las lógicas refacciones luego de los destrozos y robos perpetrados en sus instalación por los delincuentes que la ocuparon. Una vez en condiciones, continuara sus actividades normales a cargo de Miguel Rojas, interventor designado por Uocra Central. Repudiamos el accionar de estos delincuentes».