Florencio Varela, una localidad que se adelantó a todas las provincias y ciudades del país en rendir homenaje a Manuel Belgrano y a nuestra querida bandera, alberga un verdadero tesoro histórico: el Monumento a la Bandera en la avenida San Martín.
Este monumento, conocido cariñosamente como «Bicho Canasto» o simplemente «El Mástil», es considerado el más antiguo de su tipo en el país y está a punto de cumplir 85 años de existencia. Ubicado en el corazón del conurbano bonaerense, se erige como un recordatorio de nuestro legado patriótico.
Este 20 de junio conmemoraron los 203 años del fallecimiento del General Manuel Belgrano, el ilustre creador de nuestra bandera. Aunque la fecha oficial para honrar su memoria es en este día, debemos recordar que Belgrano fue mucho más que eso, ya que el 27 de febrero de 1812 fue el momento en que creó nuestra querida insignia nacional.
Sin embargo, a pesar de los vaivenes de nuestra historia, Florencio Varela supo adelantarse y gestar su propio monumento a la bandera mucho antes que Rosario. Mientras que en la ciudad santafesina se tuvo que esperar hasta 1957 para su construcción, en 1937, bajo la intendencia de Félix Evaristo Rodríguez, Florencio Varela comenzó a dar forma a este tesoro histórico.
Bajo la iniciativa de Rodríguez, se convocó a un notable grupo de vecinos para formar una comisión encargada de recolectar fondos a través de kermeses y otras actividades. Además, se abrió una convocatoria para que la población presentara bocetos y dibujos que compitieran por la oportunidad de ver su diseño plasmado en el monumento.
Finalmente, el diseño presentado por el vecino Godofredo Coca, un talentoso poeta y empleado bancario de la ciudad, fue el elegido. Un año después, el 2 de julio de 1938, este monumento pionero en homenajear a Manuel Belgrano y a la bandera fue inaugurado. Con su presencia imponente en la intersección de la Avenida San Martín y la calle 9 de Julio, simboliza el orgullo de haberse adelantado al resto del país en este tributo a nuestra identidad nacional.
El diseño del monumento fue obra de Godofredo Coca, mientras que la construcción estuvo a cargo de Primo Piemonte. Además, la majestuosa escultura del cóndor que adorna el monumento fue encargada a la reconocida firma Pagani e Hijos.