El exclusivo barrio Fincas de Hudson, en Berazategui, se distingue por sus dos accesos: uno desde la colectora de la Autopista Buenos Aires-La Plata y otro desde el histórico barrio Las Hermanas, atravesando un pintoresco arroyo que se transforma del «zanjón» al «lago» al cruzar el paredón que divide ambos mundos. Es en este entorno de tranquilidad aparente donde, a solo 200 metros del ingreso principal, ocurrió un baño de sangre que conmocionó a toda la comunidad.
La mañana lluviosa del domingo se transformó en un verdadero infierno cuando un joven de 14 años disparó a su padre, quitándole la vida, hirió gravemente a su madre y a su hermana menor, y luego intentó suicidarse con dos disparos en la cabeza. Milagrosamente, el adolescente sobrevivió y permanece internado en estado crítico, aunque su estado es reservado.
Los disparos alertaron a los vecinos del lote K20, quienes, entre gritos y mensajes desesperados, pidieron ayuda. “Por favor, llamen a la policía, hay una persona armada y mató a la familia”, relató una vecina en un audio que circuló rápidamente entre los residentes.
Cuando la policía llegó al lugar, encontró un escenario dantesco: el padre, Ramiro Rotelo, muerto en la planta baja con un disparo en el pecho; la madre, Ruth Semeszczuk, médica forense, herida de gravedad en la vereda; y el joven atacante en el piso de la planta alta con heridas de bala en la cabeza.
La hermana menor, de solo 8 años, logró escapar gracias a la ayuda de vecinos, aunque sufrió una herida superficial. Según testigos y familiares, el adolescente padecía problemas psiquiátricos y utilizó un arma registrada a nombre de su padre, quien no pertenecía a fuerzas de seguridad, según confirmaron las autoridades.
El caso, investigado por la fiscalía de menores de Berazategui, fue caratulado como homicidio calificado y doble intento de homicidio calificado. La tragedia sigue conmocionando a Fincas de Hudson, un barrio que nunca imaginó convertirse en escenario de semejante horror.