La agenda de la inseguridad en la industria agropecuaria volvió a estar en el ojo de la tormenta. En las últimas horas aumentaron los delitos de robo de cereales y oleaginosas en campos pertenecientes a la provincia, y desde la gobernación ya analizan nuevas medidas para contrarrestar el flagelo del robo de granos.
El robo de la producción siempre fue un dolor de cabeza para grandes, medianos y pequeños productores que por falta de recursos se ven imposibilitados de contrarrestar el raid delictivo que atenta contra sus producciones. El mayor problema es que anteriormente, los productores podrían sobreponerse con mucho esfuerzo a dichas pérdidas, aunque en este contexto desfavorable perder los rindes puede transformarse en una situación sin retorno. La pandemia, el descenso en los precios de venta, baja en las demandas, parálisis en los principales importadores de granos en todo el mundo, aumento de la brecha cambiaria y presión impositiva son un cóctel demoledor para el sector agropecuario. Los resultados se observan en todos los sectores con descenso de compras de repuestos, insumos y tecnología donde los repuestos John Deere y los fungicidas son algunas de las contadas excepciones.
Ante dicho panorama, las imágenes que empiezan a verse con mayor frecuencia son las de silo bolsas rotas y con ausencia de contenido de granos. Esta es la nueva modalidad delictiva que se está dando en Santa Fe y por la que el gobierno provincial ya analiza medidas para contrarrestar el modus operandi. Se trata de delincuentes que llegan en grandes camiones, en horarios poco habituales y que esperan a que los productores dejen sus lugares de trabajo.
En las últimas horas, los productores santafesinos obtuvieron el compromiso de las autoridades provinciales que redoblarán sus esfuerzos para detectar el delito. La realidad marca que el diagnóstico sobre la situación actual es negativa ante la falta de recursos disponibles para luchar contra el delito.
Anteriormente, Santa Fe ya había mostrado avances importantes en lucha contra el delito rural a través del mapa virtual desarrollado por el Ejecutivo y la Confederación de Asociaciones Rurales de la Provincia de Santa Fe (CARSFE). Dicho mapa se presentó en 2019 como una herramienta útil y moderna que se alimentaba de datos otorgados por chacareros a través del Registro Único de Producciones Primarias y de la información brindada por el Ministerio Público de la Acusación. Sin embargo, todos estos avances sufrieron un freno ante el cambio de autoridades dispuesto en diciembre de 2019.
Durante el encuentro virtual entre productores y autoridades oficiales se manifestó la preocupación sobre la situación actual. Los funcionarios dejaron en claro las limitaciones con las que cuentan: la Guardia Rural Los Pumas cuenta con 300 policías que deben cubrir 27.000 explotaciones agropecuarias. A esta falta de personal, se le suman nuevas modalidades de delito que varían constantemente: también se delinque sobre vehículos, maquinaria, repuestos agrícolas y todo tipo de productos.
Otra problemática actual es la falta de conectividad existente en Santa Fe, especialmente en algunas regiones donde la comunicación es prácticamente imposible. Y en ese aspecto, el jefe de Policía expresó que se están gestionando teléfonos satelitales para dotar al personal con la última tecnología, sin que tengan que depender de la red de telefonía celular para comunicarse.
Algunas opciones que se analizan es la de la utilización de drones por parte de la policía lo que permitiría abarcar regiones más extensas con mayor eficiencia. Además, existe un sistema de trazabilidad animal con detección de ubicación a través de GPS que permite detectar si los animales salieron de un área predeterminada para detectar el delito.