La industria y el mercado de comercialización del cannabis medicinal es una realidad en constante crecimiento alrededor del mundo y la Argentina parece no ser la excepción.
Y las noticias llegan directamente desde la cámara de senadores los cuales, con 56 votos afirmativos, 5 votos en contra y una sola abstención, han dado, el pasado 15 de julio media sanción al proyecto que regula el desarrollo de la industria del cannabis en el país.
En esta nota vamos a brindar algunos detalles dentro de los que se han dado a conocer acerca de cuáles son las especificaciones del proyecto, a través del asesoramiento legal que hemos encontrado en uno de los sitios oficiales del abogado Ignacio Saenz Valiente, del cual nos hemos valido como fuente de información respecto del área técnica del proyecto, y del que se puede obtener más información aquí.
Cabe mencionar que el estudio jurídico al que pertenece el abogado Ignacio Saenz Valiente brinda información legal, que es de acceso público, acerca de los temas más consultados online, además de información actualizada a través de su cuenta de Twitter Ignacio Saenz Valiente, metodología que adoptan muchos profesionales para estar en contacto directo con las inquietudes más comunes de la sociedad.
En esta nota no sólo te vamos a contar más acerca del aspecto legal de las últimas novedades en relación a la industria del cannabis en la Argentina, sino que ampliaremos un poco más en detalle el panorama a nivel mundial y la actual situación de la industria del cannabis en el mundo.
En este sentido es necesario entender que, en muchos países, sobre todo en Europa y Estados Unidos, la comercialización de productos de origen cannábico de manera legal, ya es una realidad hace tiempo y la misma ya se ha empezado a notar también en nuestro país, con marcas que comienzan a desembarcar de forma virtual en plataformas que son de público conocimiento para el público en general.
La producción de aceite de cannabis que se ofrece en diferentes tipos de presentaciones, ha logrado desprenderse del peso del mito del efecto psicodélico del cannabis, a través de productos libres de THC (tetrahidrocannabinol) y mediante regulaciones y permisos concretos.
Pero una cosa es la comercialización y otra es la industria y producción. En este sentido se empieza percibir que lejos de seguir obstaculizando el crecimiento de un mercado que crece, es una buena estrategia regular el cultivo y entenderlo como una posibilidad real para nuestro país de hacerse fuerte dentro de una industria que sin dudas será potente.
Algunos argumentos sólidos
Dentro de los argumentos que permitieron el avance de este proyecto, es necesario resaltar la importancia de poder darle un marco normativo y regulaciones claras a la creación de tecnologías para el consumo medicinal del cannabis, cuando muchas veces este consumo está asociado a fines delictivos.
En el plano ambiental, no sólo se descartó por completo el impacto negativo que produce el cultivo de cannabis, sino que por el contrario se resaltaron las ventajas que ofrecen en el suelo, por ser considerado un cultivo bio remediador.
Con respecto a la investigación, todavía sigue siendo bastante escasa, lo cual representa un freno a la hora de seguir sacando más conclusiones reales acerca de los efectos positivos, o colaterales, del cannabis en el tratamiento de ciertas patologías. Poder crear el contexto legal para el cultivo, también abre definitivamente la puerta para la realización de futuras investigaciones tan necesarias para el futuro de la medicina moderna.
Las ventajas de tener una actividad regulada
Es importante destacar que poder comenzar a regular esta actividad, en todo el proceso de la producción abre un camino que era necesario, no sólo para abrirle las puertas a una industria que sin dudas se avecina como una gran posibilidad comercial para la Argentina, sino también para que muchos pacientes que esperaban con ansias la libre comercialización y cultivo para el tratamiento médico de muchas patologías, tan comunes en la actualidad.
La aplicación de la ley abarca todo el territorio nacional y pretende regular todas las actividades involucradas en el proceso, es decir la importación, exportación, la producción industrial, cultivo, fabricación, comercialización y adquisición de semillas de la planta de cannabis y sus productos, tanto con fines medicinales como industriales.