Los empresarios de Lavanderías Gastrónomicas y Afines alertaron por la posible pérdida de 20 mil fuentes de trabajo en caso de que el sector no sea atendido a partir de la crisis que se encuentran atravesando en el contexto de la pandemia por el COVID 19.
Asimismo anunciaron que hay sectores que no cumplen con las normas de seguridad, lo que implicaría un riesgo sanitario para la población, con tal efecto emitieron un comunicado que dice lo siguiente:
«Nosotros, los Empresarios de Lavanderías Gastronómicas y afines, CELIG ,venimos a informar y alertar a la sociedad en su conjunto, autoridades gubernamentales y cámaras de gastronomía, que por mala información se están generando protocolos con graves errores, que ponen en riesgo la salud de los comensales. Las lavanderías industriales gastronómicas existen desde 1960 aproximadamente, cuentan con habilitaciones nacionales, provinciales y municipales cumpliendo normas de seguridad e higiene para las plantas y procesos».
«Desde 1998 rige una reglamentación especifica de la actividad, profesionalizando más aun toda nuestra operatoria, logística, etc. Desde 1998 se realizan mensualmente controles bacteriológicos en los textiles procesados y áreas de procesos. Superamos satisfactoriamente la pandemia H1N1 y en toda nuestra historia, más de 60 años de actividad, jamás se ha registrado algún problema desde el punto de vista de contagios de ningún tipo de enfermedad. Nuestros procesos están reglamentados para cumplir ampliamente la sanitizacion de todos los productos procesados. Desde la recogida de la ropa sucia hasta la entrega de la ropa limpia sanitizada, todos los procesos cumplen rigurosos controles. Lavados a baños de 80ºC, jabones específicos, sanitizantes clorados dan garantía total de asepsia. Planchado en planchas rotativas de la totalidad de las prendas a 140ºC dan una doble garantía».
«Para brindar triple garantía de asepsia, cada servilleta es embolsada y termosellada en origen y de esa forma, dar al comensal la certeza que nada ni nadie contamino esa prenda. En los protocolos de apertura de gastronomía que circulan en AMBA y los que fueron aprobados en Pvcias de Mendoza, Salta y San Luis, obligan a reemplazar las servilletas de tela por las de papel, poniendo en riesgo de salud a toda la población. La servilleta de papel es importada, se fracciona y se distribuye en locales con habilitaciones simples, sin ningún tipo control bacteriológico. Es manipulada por fleteros o repartidores en vehículos sin ninguna habilitación, ni capacitación de como manipular en forma biosegura las mismas. En el restaurant es manipulada por mozos generando un foco de gran riesgo de contaminación para el comensal y la población en general. Desde el punto de vista social, somos una actividad que brinda empleos argentinos en toda su cadena de valor. Nuestras empresas generan más de 20000 puestos de trabajos de mano de obra intensiva en forma directa e indirecta (personal propio, personal de hilanderías que generan los hilados, personal de tejedurías que generan los tejidos, personal de confección textil que generan el producto terminado, personal de fábricas de jabones industriales, personal de industrias químicas que generan los sanitizantes clorados y auxiliares , personal de industrias metalmecánica que generan las lavadoras, centrifugas y calandras, etc)».
«Desde el punto de vista económico, la importación de las servilletas de papel genera gasto de dólares subsidiados en un artículo totalmente superfluo, y que en esta actual situación de emergencia sanitaria que estamos cursando, lo lógico sería disponer de todos los dólares que el país genere en productos de primera necesidad que en el país no podemos fabricar. Desde el punto de vista ecológico, el impacto del papel es aún más catastrófico. Las servilletas de papel usadas NO son reciclables, deben ser recolectadas como residuos especiales y no puede ser retirada como residuo domiciliario, generando al gastronómico, la obligación de inscribirse en el registro de generadores de residuos especiales y hacer disposición final de dichos residuos en forma propia o con recolectores de residuos especiales, debiendo disponer el restaurant de un sector exclusivo para la guarda del residuo hasta su recolección, que no es en forma diaria, como si lo hacemos en nuestra actividad. La huella hídrica de una servilleta de tela es 19 veces menor que una servilleta de papel. Una servilleta de tela en toda su vida útil reemplaza a 7000 servilletas de papel descartable».
«Es por todo esto que desde el punto de vista bacteriológico, social, económico y ecológico que la lavandería industrial gastronómica debe seguir existiendo para seguir brindando a la sociedad un servicio seguro, generando miles de puestos de trabajo y aportando sustentabilidad al medio ambiente», finaliza el comunicado.