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A casi un año de la muerte de Georgina Torres, la Justicia demora en resolver si fue suicidio o femicidio

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La única certeza es que Georgina Torres (39) está muerta. La gran pregunta es por qué.Y la Justicia que viene lenta, no devela la incógnita, mientras que su familiares y amigos mantienen una enorme serie de sospechas que apuntan al posible femicidio. Es urgente que se investigue, porque para que se cumpla aquel grito de las mujeres de Ni Una Menos, fiscales y jueces deben apresurar los trámites de expedientes que se amontonan en escritorios y estantes produciendo más daño todavía.

Georgina apareció muerta en octubre del 2018 en su vivienda de Quilmes. Madre de un hijo de 13 años y de una hija de 21, había superado un tremendo cuadro depresivo y empezaba a levantar cabeza. Sin embargo, el cadáver de la mujer fue encontrado en su cama, justo en el momento en que parecía retomar los andariveles de la vida.

¿Fue suicidio? ¿La mataron? ¿Fue femicidio? La presunta ingesta de pastillas podría haber sido la causa de la muerte. Pero, las circunstancias que rodeaban el lugar del hallazgo, parece más la escena de un crimen, que una decisión de quitarse la vida.

Al momento de encontrar su cuerpo sin vida, la mujer estaba atada de pies y manos y tenía una bolsa de nylon en la cabeza. Esos hechos motivan a Adriana, la madre de Georgina, a pedir que se profundice la investigación. Hasta ahora, el ruego cayó en saco roto, porque muy poco se ha avanzado en la causa judicial y ya se va a cumplir un año del luctuoso suceso.

«A casi un año del fallecimiento de Georgina, aún faltan análisis probatorios, resultados de pericias y se perciben notables demoras en la notificación a las partes. Las causas de la muerte son sumamente dudosas. La dilación en estos casos no hace más que alejar a la familia de la verdad», explica el abogado penalista Paolo Zaniratto en diálogo con Infosur.

En ese marco, según se informó a Infosur, ya fue solicitada la pericia psicológica para poder indagar el presunto contexto de violencia de género de la que habría podido ser víctima Georgina antes de su muerte. Además, las pericias faltantes podría arrojar más luz sobre la condición toxicológica de la víctima.

Las largas e inentendibles demoras en la resolución de los estudios terminan agrandando las sospechas y otra vez la Justicia de Quilmes queda a contramano de lo que el Pueblo demanda: activar los casos para conocer la verdad y que se haga Justicia. Porque los atrasos, quierase o no, terminan cobijando femicidios.

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