Silencio en los calabozos: los cuatro carceleros acusados de matar a golpes a un preso se negaron a declarar

Date:

Los cuatro penitenciarios detenidos por el brutal homicidio del detenido Cristian Moyano en la Unidad 24 de Florencio Varela se acogieron a su derecho a no declarar ante el fiscal. Mientras tanto, el juez liberó a los cinco agentes arrestados inicialmente y los recaratuló como «partícipes necesarios». La Justicia apunta ahora a estos cuatro nuevos implicados como los autores directos de la paliza mortal del preso.

FLORENCIO VARELA – El silencio fue la única respuesta. Uno tras otro, los cuatro penitenciarios acusados de asesinar a golpes a Cristian Moyano dentro de la Unidad N° 24 pasaron por la sede de la fiscalía este fin de semana. Y uno tras otro, se acogieron a su derecho constitucional de no declarar. Ni una palabra. Ni una explicación. Ni siquiera un gesto que pudiera interpretarse como arrepentimiento o defensa. Solo el mutismo calculado de quien sabe que cada palabra puede convertirse en condena.

Del otro lado del escritorio, el fiscal Cristian Granados de la UFI N° 9 —especializada en delitos carcelarios— tomó nota del silencio. No le sorprendió. En estos casos, la estrategia defensiva suele comenzar por la boca cerrada. Pero el expediente habla por sí solo: testimonios de internos, informes médicos, registros de movimientos dentro del penal. Y sobre todo, un cuerpo destrozado con fracturas y lesiones en «todo el cuerpo», según consignó el informe de autopsia.

El giro en la investigación por la muerte del preso

La investigación del homicidio de Cristian Moyano, que murió tras ser golpeado salvajemente en la cárcel de Florencio Varela, dio un vuelco dramático esta semana. Lo que comenzó como una causa contra cinco agentes penitenciarios ahora apunta directamente a otros cuatro efectivos, señalados como los autores materiales de la paliza mortal.

El juez de Garantías Julián Busteros, a cargo del control de legalidad del caso, tomó dos decisiones que cambiaron el mapa de la causa. Por un lado, ordenó el cese de la detención de los cinco penitenciarios arrestados inicialmente. Por el otro, modificó su calificación legal: ya no son acusados como autores del crimen, sino como «partícipes» del hecho. Traducción: no fueron ellos quienes golpearon a Moyano hasta matarlo, pero sí tuvieron algún nivel de intervención o complicidad en lo que ocurrió esa noche.

Los cinco quedan vinculados a la causa, pero recuperaron la libertad. Sus defensores ya adelantaron que solicitarán sobreseimientos, alegando que sus defendidos no tuvieron participación directa en el homicidio.

Mientras tanto, los cuatro nuevos detenidos —arrestados la semana pasada en procedimientos a cargo de la Sub DDI de Florencio Varela— enfrentan una imputación demoledora: «homicidio doblemente agravado, por ser cometido con alevosía y ensañamiento y por ser integrantes del servicio penitenciario». Si son declarados culpables, la condena podría superar los 25 años de prisión.

La noche del horror

Lo que ocurrió en la Unidad N° 24 la noche del crimen ya quedó parcialmente reconstruido gracias a una veintena de testimonios que los investigadores recabaron en las horas inmediatas posteriores a la muerte de Moyano. El relato que emerge de esas declaraciones es escalofriante.

Moyano, un joven cadete de la PFA que cumplía condena en el penal varelense, fue retirado del pabellón donde estaba alojado por personal penitenciario. Según los testigos, lo sacaron en horas de la noche. Nadie supo exactamente hacia dónde lo llevaban. Nadie hizo preguntas. En las cárceles, el silencio es una forma de supervivencia.

Horas después, Moyano llegó a Sanidad del penal. Los testimonios coinciden en la descripción: llegó «casi muerto, inconsciente». Con escasos signos vitales, el cuerpo visiblemente golpeado, fracturas evidentes. Los enfermeros del penal intentaron reanimarlo sin éxito. La decisión fue inmediata: derivación de urgencia al hospital Mi Pueblo, el nosocomio de Florencio Varela.

Los médicos de guardia confirmaron lo inevitable: Cristian Moyano había muerto. El informe forense fue contundente: fracturas múltiples, lesiones en todo el cuerpo, signos evidentes de traumatismo severo. No había dudas: había sido golpeado brutalmente.

Te puede interesar
Relacionado

Robaron las lupas de un cirujano y hay alarma en el Hospital El Cruce de Varela

Un robo insólito que puede frenar operaciones clave en...

Cayó narco en Villa Hudson: allanaron la «boca» y secuestraron 73 dosis de cocaína lista para la venta

Un operativo policial en Florencio Varela desbarató un punto...

El fenómeno de Fortune Tiger en redes sociales y su impacto en el juego online en Brasil

En los últimos meses, el juego Fortune Tiger se...