De una infancia marcada por la enfermedad a una vida dedicada a transformar hospitales en espacios de esperanza con su Fundación
Una infancia en los pasillos de un hospital
Celeste Cáceres fue el primer caso en Argentina de craneofaringioma, un tumor cerebral poco común que, pese a ser benigno, actuó como maligno. Pasó casi 12 años internada en diferentes hospitales.
Durante ese tiempo, perdió gran parte de su familia, atravesó operaciones, tratamientos largos y secuelas que aún la acompañan.
“Prácticamente no tuve infancia: no conocí lo que era festejar un cumpleaños o una Navidad fuera de una habitación de hospital”, recuerda.
Pero en medio de esa dureza, descubrió la solidaridad de quienes la acompañaban. Esa fuerza sembró en ella una misión que con los años se volvería su motor de vida.
El nacimiento de una misión solidaria
Ya de adolescente, Celeste empezó a organizar pequeñas colectas: con el dinero que ganaba en sus primeros trabajos compraba golosinas, juguetes o hacía bolsitas que repartía en hospitales.
“Ver la sonrisa de los chicos era la mayor recompensa. Yo sabía lo que se sentía estar internada y quería que otros niños tuvieran, aunque fuera por un momento, un recuerdo feliz”, cuenta.
Con el tiempo, esas acciones espontáneas se transformaron en la Fundación Sonrisas por un Futuro Mejor, que hoy sostiene “a pulmón”.
Acciones que cambian realidades
Cumpleaños en hospitales
Uno de los proyectos más emocionantes es la organización de cumpleaños para niños en tratamiento.
Celeste se ocupa de todo: gestiona permisos, busca un salón seguro para que el niño pueda salir del hospital, contrata transporte privado para resguardar sus defensas bajas, y consigue torta, decoración y regalos.
“Muchos celebran su primer cumpleaños recién a los 5 o 6 años, porque nunca antes habían podido festejar. Es un recuerdo que les cambia la vida”.
Sueños cumplidos
A través de alianzas con organizaciones y empresas, Celeste trabaja para que los sueños de los pequeños pacientes se hagan realidad.
Junto a la Fundación River, por ejemplo, logró que chicos pudieran visitar el estadio Monumental, recorrer el museo y conocer jugadores.
Otros sueñan con juguetes especiales, paseos o experiencias simples que, en medio del tratamiento, se vuelven inolvidables.
Proyecto “Vuelta a clases”
Celeste sabe que la educación también es un derecho que debe estar acompañado de igualdad de condiciones.
Por eso, cada comienzo de año organiza la entrega de útiles escolares completos, para que los niños internados en colegios hospitalarios o con tratamientos prolongados puedan vivir esa experiencia como cualquier otro chico.
Distintas celebraciones
La fundación “Sonrisasxunfuturomejor” organiza meriendas comunitarias y diferentes actividades durante el año. Todo con un mismo objetivo: que los chicos hospitalizados o en situación de vulnerabilidad tengan recuerdos alegres de su infancia.
Las fechas especiales son un momento clave para su fundación. Celeste organiza grandes campañas solidarias en las que entrega: Juguetes nuevos donados por empresas y particulares. Canastas navideñas con alimentos esenciales para las familias. Actividades recreativas para que los niños celebren como cualquier otro.
“No se trata solo del regalo, sino de darles la oportunidad de compartir y disfrutar en familia, sin importar el lugar”, explica
Asistencia integral a familias
Celeste no se queda solo en la alegría momentánea. Sabe que detrás de cada niño hospitalizado hay una familia atravesando dificultades. “Muchas familias enfrentan la falta de ingresos por dejar sus trabajos para acompañar al hijo o niña que está haciendo un tratamiento. También, están las familias del interior del país que pasan largas estadías lejos de sus hogares y todo eso representan grandes de medicamentos, higiene y abrigo” detalla.
Para hacer frente a todo lo que enfrentan las familias con hijos e hijas en tratamientos largos, Celeste organiza campañas de donaciones de alimentos, ropa, insumos de higiene y acompañamiento emocional.
“Si los padres se caen, el niño también lo siente. Mi objetivo es acompañar a toda la familia”, sostiene.
Transformar el hospital en un lugar de esperanza
Más allá de las donaciones y festejos, el sueño de Celeste es transformar el ambiente hospitalario:
“Quiero que los chicos no vivan sus internaciones solo como sufrimiento” repite durante toda la nota Celeste. La joven de Villa Hudson sueña con que “los niños que se encuentran hospitalizados tengan la posibilidad de crear recuerdos positivos” y que eso también repercuta en “que médicos y enfermeras también se contagien de esa alegría y la transmitan”.
“Quiero que, cuando sean grandes, recuerden que dentro de esas paredes también hubo sonrisas y momentos hermosos, no solo dolor”, expresa Cáceres.
Una red que crece
Aunque sin grandes recursos, Celeste logró que su trabajo se multiplique gracias al apoyo de: Empresas de juguetes que donan productos. Clubes como River Plate que se suman a los sueños cumplidos. Comercios y vecinos que colaboran con donaciones. Salones de fiestas que ceden espacios gratuitos para celebraciones.
Cómo y dónde colaborar
La fundación se sostiene con el esfuerzo personal de Celeste: combina su pensión por discapacidad con trabajos de entrenamiento personal y nutrición para financiar proyectos.
Quienes quieran sumarse pueden colaborar con: Donaciones (juguetes, útiles, alimentos, insumos de higiene, ropa). Voluntariado en actividades especiales.
Pueden contactarse con Celeste en los siguientes instagrams @sonrisasxunfuturomejor o en su cuenta personal @celestee.caceres https://www.facebook.com/M.Celeste.Caceres
Celeste Cáceres luchó por su vida
A Celeste Cáceres todos la conocimos en la pandemia cuando hizo público su desesperado pedido en las redes sociales, clamando para que la obra social Incluir Salud (del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires) le proveyera las drogas que teinia recetadas para poder vivir. Finalmente, en junio de 2022, y luego de varias presentaciones judiciales, un recurso de amparo y la demanda a Profe Salud la vecina de Villa Hudson logró la sentencia favorable para que le proveyeran lo que necesitaba.
Celeste presenta uno de los pocos casos de craneofaringioma en Argentina, dicha patología se llevó a varias personas de su familia, entre ellas a su mamá. Tras la resolución de su reclamo se le administraron las drogas prescriptas mejoraron notablemente su calidad de vida.

