El caso protagonizado por el músico Santiago “Chano” Charpentier y un policía bonaerense, que conmovió a la opinión pública ya que fue internado herido, con extirpación de órganos incluida, y la imputación del segundo por “lesiones gravísimas agravadas por el uso de arma de fuego y por ser funcionario policial”, abrió un debate sobre qué se debe hacer ante casos de personas vulnerables que, en teoría y por lo general falsamente, se “descontrolan”.
Pero, también dejó en el tapete una situación de la cual venimos alertando desde hace rato: qué pasa cuando esas situaciones ocurren en las oscuras calles del conurbano bonaerense y los flashes de los noticieros porteños no apuntan para esa zona. En principio, Sergio Berni, ministro de Seguridad bonaerense, no aparece dando explicaciones ni pidiendo el uso de las “pistolas Taser”, las mismas que se parecen a la “picana”. Pero, claro que es mucho más allá de eso.
Todo esto viene a cuento porque en Florencio Varela, en absoluta soledad, Infosur viene sosteniendo la imperativa necesidad de hacer Justicia con el caso de un joven que apareció muerto después de haber subido a un patrullero.
Como Chano, pero sin fama, sin cámaras y absolutamente pobre, Francisco Valentín Cruz había sido medicado por sus trastornos psiquiátricos. Su familia estaba pendiente de la medicación, pero no veían que hiciera efecto. El 14 de marzo de 2020 salió desesperado y se metió en las casas de los vecinos, muerto de miedo, tirando cosas a su paso. En una de las casas lo contuvieron y llamaron a la Policía.
Cuando llegaron los efectivos los mismos vecinos dijeron que el pibe estaba mal y que no iban a hacer ninguna denuncia. Francisco seguía alterado. Lo metieron por la fuerza en el móvil policial y desapareció.
La versión policial es que, en ese estado, lo dejaron en la parada del colectivo de una avenida de Florencio Varela. Este hecho en sí mismo, si fuera cierto, resultaría gravísimo. Pero al poco tiempo Francisco apareció en una tosquera, boca arriba, en un charco de brea.
Virginia Créimer, médica legista, perita y docente universitaria, señaló que en el cadáver “no sólo encontramos lesiones, sino que además encontramos brea adentro de sus pulmones y de su estómago. Su rostro había sido sumergido hasta inundar las vías respiratorias y digestivas y provocarle la muerte”. Así murió o así lo mataron. “Frente a esta afirmación, la fiscal preguntó si se podría haber dado vuelto solo. ´No, doctora, los muertos no se dan vuelta solos´ contesté”, dijo Créimer.
Francisco Valentin Cruz (29) era albañil. Vivía en el barrio Ingeniero Allan de Florencio Varela con una de sus hermanas. A raíz de una situación de consumo problemático se encontraba realizando un tratamiento en el Hospital de Melchor Romero. El 13 de marzo de 2020 fue atendido dos veces allí. Esa noche, en estado de vulnerabilidad, salió de su casa y terminó metiéndose en el patio de otra vivienda. Los vecinos lo notaron desorientado y muy nervioso y llamaron al 911.
Los vecinos querían que Francisco solo fuera atendido, dada su situación. De hecho, no formalizaron ninguna denuncia. Pero fueron testigos de que cuatro agentes del Comando de Patrullas de Varela lo terminaron cargando en el patrullero y se lo llevaron. Ya era la madrugada del sábado 14 de marzo. Desde entonces y por cuatro días nadie vio a Francisco.
Los policías que detuvieron a Francisco aseguraron que, como los dueños de la casa a la que había ingresado el albañil no hicieron la denuncia, decidieron liberarlo minutos después en la zona de cruce de avenida Hudson y 1356, cerca de la parada del colectivo 324.
Pero nada se supo de Francisco hasta el mediodía del martes 17 de marzo, cuando un supuesto llamado de un lugareño al 911 alertó sobre la presencia de un cadáver en una cantera ubicada a 150 metros de la avenida Hudson. El cuerpo de Cruz apareció golpeado y casi todo cubierto de brea. Hacía pocas horas que la Comisión por la Memoria había presentado un habeas corpus.
En las últimas semanas, y después de una visita de la mamá de la víctima que pudo venir de Corrientes asistido por la Comisión Provincial por la Memoria, el fiscal Darío Provisionato dejó la causa. Pero el expediente sigue “guardado” y los policías como si nada.