Hasta ahora, los detenidos en la cárcel de Florencio Varela son trasladados al hospital Mi Pueblo en caso de alguna afección de su salud y es casi una postal cotidiana que entre las camas de las salas comunes permanezcan esposados y con el guardiacárcel a un costado.
Esa postal es la que se quiere evitar con la construcción de tres módulos sanitarios, con 72 camas y el hospital modular donde ahora están realizando la base de hormigón.
La mencionada inauguración forma parte del “Plan de Infraestructura Penitenciaria” en el marco del programa “Más trabajo, menos reincidencia”.
El edificio sanitario fue diagramado como una construcción de 382 metros cuadrados con 24 habitaciones individuales, 8 baños, servicio de laboratorio, sala de rayos y ecografía, camas de terapia intensiva, unidad de diálisis así como el respectivo equipamiento e insumos.
«Trabajamos en una mejor política carcelaria, fundamentalmente, con el foco puesto en la reinserción. Asumimos la misión de modificar el presente para construir un gran futuro con personas reeducadas que puedan reincorporarse a la sociedad”, reflexionó Andrés Watson, intendente de Florencio Varela, quien además remarcó la labor articulada entre los diferentes estamentos gubernamentales para cumplir objetivos congruentes.
“Muchas gracias Alberto, Axel quienes respaldados por sus equipos demostraron preocupación hacia los varelenses, bonaerenses y todos los argentinos mediante acciones tendientes a mejorar la Justicia, el sistema sanitario o en este caso el servicio hacia las personas privadas de su libertad”, remarcó.
El Primer Mandatario Nacional- Alberto Fernández- participó mediante una videoconferencia desde la residencia presidencial ubicada en Olivos. En ese contexto, recordó que los Tribunales Superiores de la Provincia de Buenos Aires declararon una catástrofe humanitaria en el sistema carcelario bonaerense hacia fines del 2018. Por ese motivo, consideró trascendental la intervención para generar las “condiciones humanitarias que la sociedad moderna reclamaba”.
“Necesitamos que quien esté soportando el castigo del encierro pueda prepararse para el día en que vuelva a estar libre. Para ello debemos evitar un hacinamiento tal que animalice y promover la capacitación permanente para encontrar un futuro diferente”, afirmó.
En sintonía, Kicillof subrayó la implementación de una política integral con una visión global sobre la seguridad. “Nuestro deber es garantizar que cuando alguien cumple la condena, pueda tener un lugar distinto donde regresar antes de iniciarla”, describió.
“Desde el Poder Ejecutivo no definimos la libertad ni quien recibe una condena porque es una ocupación del Sistema Judicial. Lo que sí debemos hacer es dar determinadas condiciones, a través del servicio penitenciario, a quienes permanecen recluidos hasta que se resuelva su situación”, especificó el Gobernador.
“Quiero destacar que las obras brindan una solución a una cuestión de salud pública. Sólo teníamos 57 plazas de internación y, ante el avance de la pandemia, se tomó la decisión de financiar estos 15 nuevos hospitales”, narró Julio Alak, Ministro de Justicia bonaerense quien insistió en la importancia de disminuir la sobrepoblación.
“Teníamos 42.000 internos y solamente 24.000 plazas o 30.000 con capacidad adaptada, es decir con un déficit mínimo de 18.000 plazas. Esto fue lo que clasificó la Cámara de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires como una catástrofe”, enumeró.
“Cada una de estas construcciones, además de contar con el equipamiento necesario para afrontar la pandemia, garantizará el derecho a la salud. Las cárceles de mujeres, por ejemplo, contarán con equipamiento para realizarse estudios preventivos”, agregó Martín Gill, secretario de Obras Públicas de la Nación.