En el código tumbero ellos son los «rugbiers». Aunque nada tienen que ver con aquellos acusados de matar a Fernando Báez en un boliche de Villa Gesell en enero pasado, sus metodologías violentas siembran el terror para adentro. Y así mandan.
A decir verdad, éstos que manejan la práctica de ese deporte en la Unidad Penal 32 de Florencio Varela están presos hace mucho más tiempo.Y vale aclarar que no son todos, sino los principales operadores del juego con serios vínculos con las autoridades carcelarias.
Días pasados fueron el centro de un duro enfrentamiento con «los hermanitos» el pabellón de «evangelistas» de la misma unidad en la que hubo tiros, gases y heridos.
Por el brutal enfrentamiento ya hay varias fojas en el expediente judicial que lleva adelante el fiscal Cristian Granados y personal de la comisaría 5a. de Florencio Varela.
En tanto, una serie de testimonios directos desde la cárcel revelados a Infosur muestran la posible trama secreta del poder, muchas veces delegado por SPB, que tienen estos rugbiers.
En un video que se presume podría incorporarse a la causa, aparece justamente uno de ellos golpeando a otro compañero. El golpeado, según las fuentes, recibió el albergue de la comunidad cristiana dentro de la cárcel. Y fue el principio, de una bronca que se extendió.
El fin de semana todo empezó por una cancha donde aparentemente practican estos presos el deporte del rugby. Esta vez no los dejaron. Y si bien la determinación partió de las autoridades, lo cierto que es que apuntaron como verdadero culpable a otro detenido. Y ardió troya.
Según las fuentes consultadas, allí comenzó a gestarse la «trifulca». «Se fueron como humo todos contra este chico y desde el pabellón se defendieron», dijo uno de ellos.
Por lo bajo, por temor a represalias, muchos hablan de zona liberada. «No podían llegar hasta ahí sin la venia de la gorra», dijo uno.
Es que, según estos presos, hay una verdadera mafia enquistada a través de la corrupción. Y en ello mandan muchos de los que practican el deporte, aunque no todos, esta claro.
Dinero por celdas un poco más cómoda, pago de peajes para familiares de detenidos, el presunto pase de cigarrillos y otras cosas, forman parte de ese entramado de acciones turbias que siembran el terror en las cárceles bonaerenses y que cada tanto explotan por algún lugar.