En Florencio Varela una banda de encapuchados torturó y robó a una familia de quinteros a la que sometió a todo tipo de tormentos y golpes para llevarse una importante suma de dinero.
Aunque el hecho ocurrió el miércoles pasado, la familia recién pudo concretar la denuncia este viernes, después de mucho deambular y de extrañas maniobras policiales para evitar que se forme el expediente judicial. Así lo señalaron fuentes confiables a Infosur
El del miércoles fue uno de los más crueles ataques que se registraron en la zona de La Capilla, jurisdicción de la comisaría quinta, cuando un grupo de por lo menos cinco delincuentes ingresaron a la casa de la familia mientras dormía a la medianoche.
La tortura, al grito de «dame la plata», empezó por el padre de familia. Lo hicieron arrodillar y lo golpearon con el arma en la cabeza en varias oportunidades. Pero, la peor parte se la llevó la mujer, que está embarazada y a la que golpearon con brutalidad en la zona pélvica a tal punto de que peligra el nacimiento del bebé.
Sin amedrentarse, los violentos delincuentes, con serios rasgos y características de policías, tomaron a la menor de la familia y amenazaron con cortarle la mano. La pesadilla a la que fuera sometida la familia no termminó ahí, con un tijera amagaron con cortarle los dedos del pie a otro de los chicos.
Las tremendas escenas se extendieron por más de dos horas y todo ocurrió a unas diez cuadras de la Comisaría Quinta de La Capilla, según señalaron los voceros.
En tanto, en el grupo de Facebook Reclamos Varelenses, una fuente del hospital Mi Pueblo confirmó que atendió a la familia después del ataque. «Le tuvieron que dar veinte puntos por los golpes en la cabeza», reveló. En ese sentido, se supo que la mujer está embarazada de cinco meses y que presenta lesiones por todo el cuerpo producto de los golpes.
Sin embargo, según las fuentes, la familia no pudo relatar todo lo sucedido en la denuncia policial. «Fueron inducidos, los obligaban a que respondan las preguntas del escribiente», dijo el informante.
Según supo Infosur, los ladrones entraron a las patadas. Todos ellos estaban armados hasta los dientes y se comunicaban con handy al estilo policial. Torturaron a la familia para que les entregaran el dinero que escondían en su casas, a sabiendas de que los trabajadores de las quintas no están acostumbrados a hacer uso del sistema bancario. Y se llevaron una buena cantidad de dinero en efectivo.