Es el único centro de día para ciegos y disminuidos visuales gratuito en Varela. Se llama » Luz del alma» y pertenece a la Asociación Civil sin fines de Lucro ProFaCaDi. Allí brindan una adaptación, y mejor calidad de vida a 45 vecinos del distrito con esa incapacidad. Hoy 20 de ellos, no puede continuar con sus estudios en braille, contención sanitaria y alimenticia, ya que no cuentan con una camioneta de traslado de hacia el centro. Claman por una ayuda “Muchos están solos en sus casas y cuentan con contención y asistencia solo acá” contaron sus trabajadores. Piden que el Estado municipal, provincial y nacional cumpla con la ley de discapacidad y les brinde una movilidad para trasladarlos.
“Es un centro abocado a 45 personas no videntes, pero abierto a la comunidad” cuentan Cecilia Álvarez y Daniel Ruiz, quienes integran el equipo técnico de la institución que este año volvió a ocupar el inmueble de calle 233 – Dr. Gristein N° 3092 entre Sallares y San Juan.
“Recibimos pacientes de todo Varela que con esfuerzo son traídos por sus familias, pero tenemos el caso de más de 20 personas que no cuentan con recursos, ni familias para ser acercados al Centro” narra preocupada Cecilia y argumenta “además de enseñárseles a adaptarse a la perdida de la visión, reciben la ración de comida, controles médicos y todo lo que nosotros podemos”.
“Estamos desesperados, porque este año no hemos podido articular con ningún organismo para el trasporte de nuestros beneficiarios. Sin ese trasporte, 20 personas se quedan sin las prestaciones que ofrecemos en nuestra institución, necesarias para un mejor calidad de vida (desayuno-almuerzo-merienda). Muchos de ellos no cuentan con una obra social, además de no poseer un soporte familiar” comentan desde la ONG y remarcan “Nuestra pedido es un trasporte o un medio para que no queden desamparados”.
Necesitan una movilidad urgente
La diabetes es una enfermedad que, sin los controles y tratamientos correspondientes deriva en el deterioro de órganos y hasta en la ceguera. Gran parte de los 45 vecinos que deben asistir al Centro «Luz del alma» se encuentran en la transición de adaptare a vivir sin poder ver, para ello necesitan si o si asistir a ese lugar.
Dado a que perdieron su visión por una enfermedad, muchos no cuentan con una pensión, ni obra social para poder solventarse el traslado al Centro o para la medicación de sus tratamientos.
Por todo esto, es que los integrantes del equipo técnico del » Luz del alma», claman a las autoridades locales, provinciales, nacionales o a alguna institución que pueda proveerles de una movilidad. “Necesitamos un micro o una combi para ir a buscar a la gente a sus casas y llevarlas a la tarde. Muchos no cuentan con recursos para venir. Esto es muy grave” remarca indignada Cecilia.
Al ser consultados por si realizaron algún pedido a nivel regional, contaron que “la presidenta de ProFaCaDi (Promoción para Familias con Capacidades Diferentes) fue reconocida en el Senado y allí planteamos el tema, pero nos derivaron a lo local”. “Tuvimos una reunión con la titular de Desarrollo Social y discapacidad de Varela y no nos dio respuesta favorable. Nosotros le pedimos que piensen en esa gente, ya perdieron su vista, no les continuemos sacando su dignidad. Solo pedimos una movilidad” sentenció Cecilia Álvarez.
Único gratuito en la zona
Al Centro, asisten muchos adultos que por diversas patologías como la diabetes, perdieron la visión total o parcialmente.
De lunes a viernes desde las 8 y hasta casi las 17 hs, los 45 jóvenes y adultos, reciben clases ( educación Primaria y Secundaria, Braille) y talleres (utilización del bastón, reconocimiento de billetes, etc) para poder adaptarse a su nueva vida: La de no poder ver.
En la región, solo hay tres centros gratuitos para no videntes: en Bernal, en La Plata y el de Varela. Este último lleva varias décadas trabajando, pero desde este año se encuentran con el impedimento del traslado de sus pacientes. “No se pudo coordinar con ninguna institución para su traslado y eso hace que 20 personas no puedan venir a continuar con su readaptación” contó Ruiz.
Sobre ese tema, Cecilia Álvarez, enfermera de la institución dijo que “tenemos un grupo cuya familia puede acercarlos, pero hay un grupo de 20 que son los más vulnerables, que no cuentan con una pensión, y esa es nuestra preocupación. Ellos no pueden asistir al Centro, lo que representa que su calidad de vida puede deteriorarse y su adaptación también”.