En una tarde atravesada por aplausos, abrazos y papeles largamente esperados, 25 instituciones varelenses recibieron su reconocimiento formal de manos del intendente de Florencio Varela Andrés Watson. El escenario fue la Federación de Cooperativas de Trabajo Unidas (FECOOTRAUN), en Av. San Martín y La Bandera, donde clubes, asociaciones y entidades de bien público dieron un paso clave para fortalecer su trabajo en los barrios.
El jefe comunal de Varela entregó certificados provisorios, definitivos y personerías jurídicas, y en su mensaje contextualizó el momento: “Estamos atravesando una etapa muy difícil para la Argentina, donde las instituciones volvieron a ocupar un rol fundamental por su responsabilidad social y su labor desinteresada”. En esa línea, subrayó que estos espacios “llevaron esperanza y escucha a los barrios, con la solidaridad como pilar para atravesar tiempos complejos”.
La escena se repitió una y otra vez: dirigentes barriales subiendo al escenario, recibiendo la documentación y bajando con una sonrisa que sintetizaba años de trámites. Para el secretario de Relaciones Institucionales, Oscar Núñez, se trató de “una fecha importante”, y remarcó que los papeles habilitantes llegaron “a partir del compromiso de una Intendencia atenta a las necesidades de su comunidad”.
Entre los testimonios, Myriam Beatriz López, del Club Deportivo Social y Cultural Infantil “Pista de Trote”, puso el foco en el impacto cotidiano: “Brindamos contención a más de 120 chicos a través del fútbol. Conseguir esta documentación fue algo por lo que luchamos muchos años”. A su lado, dirigentes asentían: la regularización abre puertas, ordena y proyecta.
Desde “Maracaná Varelense”, Ariel Zaracho, vecino de Villa Esther, valoró “el apoyo permanente de la Comuna” y destacó que la personería permitirá “crecer, hacer obras en las instalaciones y proyectar más beneficios para los niños y las niñas”. La palabra crecer se repitió como consigna.
También María de los Ángeles Márquez, presidenta de “Halconcitos Varelenses” y frentista de Zeballos, celebró la celeridad del proceso: “Fue un trámite rapidísimo. El asesoramiento fue desde el Municipio; al poco tiempo fuimos a firmar a La Plata”. Para la dirigente, el reconocimiento implica “la oportunidad de regularizar nuestro accionar y seguir trabajando tranquilos”.
El acto dejó una postal clara: en tiempos de incertidumbre, las instituciones barriales siguen siendo el primer refugio. Con papeles en mano y proyectos por delante, Varela volvió a mostrar que la organización comunitaria, cuando encuentra respaldo estatal, se transforma en motor social.

