Bancos, relojes y montañas. Esos son, a priori, los principales recursos turísticos de un país neutral que, desde el propio corazón de Europa, sirve de ejemplo en grandes universidades económicas como gestión positiva de la riqueza.
Con 73.250€ euros de media en el pasado año 2019 en PIB per cápita, hablar del nivel de vida de uno de los países más envidiados por su economía es hablar de unos servicios, posibilidades y recursos que en el resto del continente apenas se podrían comparar.
Basta echar un vistazo, tal como comenta la agencia española Iberian Press, a por qué es tan rico para comenzar a encontrar respuestas que sirvan para arrojar luz sobre la política que sigue el neutral destino.
Son varios los motivos por los que los inversores siguen acudiendo a su banca para atesorar sus cuentas.
Para empezar, Suiza, al igual que Suecia o Nueva Zelanda, disponen de unas condiciones fiscales mucho más ventajosas que otros países.
Mientras que este país no cobra a sus rentas el IRPF, en otros como Suecia, las condiciones del Impuesto de Sociedades son mucho más interesantes que en el sur del viejo continente, evitando también el impuesto de patrimonio y sucesiones. En la misma línea, Nueva Zelanda ha rebajado considerablemente el impuesto sobre las rentas.
¿Qué consiguen con eso? Atraer el capital a su territorio y ser el perfecto referente a nivel internacional para el depósito de capitales, como países en los que comenzar negocios y como lugares donde proteger los patrimonios.
De hecho, Suiza es uno de los referentes a nivel internacional del emprendimiento de ecommerce, mercado digital en el que las transacciones llegan a más de 1000 dólares por habitante el año.
Más de 5.5 millones de habitantes utilizan internet y más de un 60% compra en tiendas que están fuera de su territorio, lo que les hace también unos clientes potenciales para el resto de la Unión Europea y el resto de países que tienen intereses comerciales y que convierten su economía en la segunda más competida del mundo.
La pandemia en la economía suiza
Si hay algo que desde el primer momento fomento el país fue blindar la entrada. Todos los viajeros procedentes de países fuera del espacio Schengen pueden no tener posibilidad de cruzar sus fronteras en una búsqueda por intentar frenar la expansión de un virus que, a diferencia del resto de países vecinos, dependía de la zona de procedencia para aspirar a entrar.
“Si algo ha querido proteger es también su economía para que los habitantes no sufran una crisis agravada. Los intercambios económicos y comerciales han formado parte de su política y, para ello, lo que ha hecho ha sido listado de países y, sobre todo, regiones. De hecho, las cuarentenas también son selectivas dependiendo del perfil de la persona que llega” explican algunos expertos.