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San Rudecindo: Bajo fuego

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Guerra narco en Florencio Varela, tiroteo y muerte,

la crónica de un baño de sangre anunciado

En varias oportunidades dimos cuenta de los peligros que están ocasionando las bandas narco que se dedican al menudeo en Florencio Varela. Y no fuimos escuchados, como tampoco los vecinos que hablaron con Infosur de lo que verdaderamente significa vivir con miedo. De esa temeraria sensación que viven diariamente los habitantes de la zona, la mayoría de ellos obligados a cambiar sus hábitos de vida para no caer en la trampa que muchas veces lleva a la muerte. Como le ocurrió a Milagro (18) en el barrio San Rudecindo durante el sangriento tiroteo del miércoles a la tarde noche que se cobró otras dos vidas y heridos.

Muertes violentas, de las peores que uno pueda imaginar. Pueden ser a tiros o directamente a puñaladas. La escenografía está conformada por un enjambre de pibes soldaditos que forman parte del ejército de trabajadores de las bandas narco al menudeo que cobran apenas un poquito de plata o paco para “darse”. Allí, donde se impone la ley del más fuerte. Este tenebroso escenario, parece extraído de una película de terror.

En el barrio San Rudecindo también habían alertado sobre los efectos de la venta de la droga. Justo en el sector que separa del barrio La Carolina II, en un puente que cruza el arroyo Las Conchitas y donde dirimen a tiros la propiedad del territorio y viven del cobro de peajes a vecinos, automovilistas y proveedores con la sola finalidad de obtener dinero para comprar Paco, la más destructiva de las drogas.

No tienen siquiera piedad con los ancianos, a los que someten a brutales palizas con tal de despojarlos de algún objeto de valor y si es necesario, los matan como perros.

La inseguridad se vive a flor de piel, en todos los rincones del barrio donde este jueves se depositaron los flashes televisivos que obligó al propio ministro de Seguridad, Sergio Berni, a desembarcar en la barriada y dar la cara. Pero, cuando su personal de prensa recibe el diario Impreso Infosur hace que no ve la alerta de una tapa a todo color donde el 30 de julio pasado se alertaba sobre la tercera ejecución en un descampado de Varela a manos de una gavilla de narcos. Y no hicieron nada. Y ahora San Rudecindo pagó con la vida de una joven de 18 años que tuvo la mala suerte de caminar por una oscura calle en el momento en que la guerra disparaba más de 60 balas, una de las cuáles le dio en el pecho, muy cerca del corazón. 

Infierno de balas en San Rudecindo

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Fue un verdadero infierno de balas que atravesó la cerrada y fría noche del miércoles en el barrio San Rudecindo, de la localidad bonaerense de Florencio Varela, y que dejó un saldo sangriento: tres jóvenes muertos y dos heridos. Algunas de esas víctimas fueron vecinos que no tenían relación con la disputa, como el caso de Milagro Paola Saavedra, una joven de 18 años que fue alcanzada en su espalda por una de las balas y que murió cuando entró en su casa para pedir ayuda.

Según pudo saber Infosur, el brutal enfrentamiento comenzó minutos antes de las 20, en inmediaciones de la esquina de Laguna de Iberá y Ciudadela. El vídeo de una cámara de seguridad ubicada en una de las casas de la cuadra registró el sonido infernal de los tiros. Fueron decenas los disparos de bala en pocos segundos, pero suficientes para dejar su marca de sangre y fuego.

Luego del llamado al 911, personal de la comisaría 4º de Florencio Varela llegó al lugar y se encontró con parte del resultado de la fugaz guerra narco que sacudió al barrio. A pocos metros del puente del Arroyo Las Conchitas, sobre la calle Ciudadela, observaron tendido en el piso el cuerpo de un hombre con un balazo en la espalda, quien sería identificado después como Matías Larrosa (32). Según las fuentes, junto al cadáver había entre 15 y 20 envoltorios que cocaína. Su familia le comentó a la Policía que el joven era consumidor de droga.

San RudecindoSan Rudecindo

Del otro lado del arroyo, los efectivos encontraron el cuerpo de otro joven gravemente herido de un balazo en el cuello y con dificultad para respirar. Fue inmediatamente trasladado un hospital local pero los esfuerzos fueron en vano: llegó muerto. Según supo este medio, tenía debajo de sus brazos 30 envoltorios de la misma droga que le habían encontrado a Larrosa. Su identidad no pudo ser establecida en el momento ya que no contaba con ningún documento al momento del ataque. Lo único que detallaron las fuentes es que se trató de un joven de unos 30 años aproximadamente.

Casi en paralelo, los vecinos le avisaron a la policía acerca del caso de Milagro, la chica de 18 años que había sido baleada simplemente por quedar en el medio del tiroteo. La víctima, pudieron establecer los investigadores de acuerdo al testimonio de su padre, llegó herida a la casa ubicada cerca del arroyo y se desplomó. Las fuentes indicaron que el balazo impactó en el omóplato izquierdo.

El saldo final de la violenta noche narco también dejó heridos. Uno de ellos fue un joven identificado como Guillermo Aguirre, de 25 años y con domicilio en Berazategui, quien recibió un balazo en la zona de la ingle. Lo trasladaron en una ambulancia local del SAME al hospital local, donde se encuentra internado fuera peligro. Las fuentes policiales consultadas indicaron que el padre de Aguirre le contó a los investigadores que la herida a su hijo estaba relacionada con el narcotráfico. De acuerdo con los datos aportados por el familiar, el joven “es soldado de los que manejan la venta de estupefacientes”.

Un niño herido que se salvó de la muerte

Al continuar con las averiguaciones en el barrio, los policías pudieron saber de otro dato que impacta. Entre los heridos del tiroteo, se encontraba L., un nene de 12 años que recibió un tiro en el hombro mientras se encontraba cenando en su casa. Al parecer, el padre del chico, un hombre identificado como “Leo”, también se dedica a ser “soldado” de los narcos y es el encargado de avisar cuando la Policía recorre el barrio.

Según los testimonios que pudieron recabar los policías en el lugar, todo se originó cuando dos grupos de hombres, en medio de una disputa narco por la venta de estupefacientes, se enfrentaron a tiros. Una guerra que golpea al barrio y a localidad de Florencio Varela desde hace ya muchos meses. Una pelea que se cobró incluso más vidas.

Para saber esto fue importante el testimonio de un vecino, identificado como C.S., quien dio cuenta a los investigadores de que detrás del tiroteo estaban “Yaka” y “Tadeo”, dos narcos de nacionalidad paraguaya que fueron vistos comercializando droga en el barrio y que se disputan el control del negocio en el lugar. El testigo aseguró que ambos se muestran armados y que por su pelea se originó el tiroteo que se cobró la vida de tres personas.

De momento, la investigación que lidera la fiscal Vanesa Maiola, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de Florencio Varela, puso la lupa sobre “Yaka” y “Tadeo”, que serían los líderes de esas organizaciones narco. En el lugar del tiroteo, tras el relevamiento total de los peritos, se hallaron 54 vainas servidas y un cargador, todo del calibre .9mm. La funcionaria dispuso más investigaciones en el lugar para tratar de establecer el papel de cada uno de los fallecidos en las bandas narcos que operan en la zona y si hubo más implicados.

El expediente fue calificado por el momento como triple homicidio y lesiones.

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