Hace dos décadas que el coaching se convirtió en una disciplina que viene aplicando distintas organizaciones y personas para mejorar su eficiencia y logros tanto en lo profesional como en su vida personal. Una herramienta sin dudas al alcance de todos, que hasta llegó a la política en los últimos tiempos en la Argentina. Por eso, vamos a presentar a una de las disciplinas que más creció: coaching ontológico.
Traducido a nuestro idioma, «coaching» es formar, preparar, entrenar, guiar. El guía y entrenador es un «coach» y el sujeto de entrenamiento un «coachee». El preparar, entrenar, guiar al personal que se encuentra en la línea frontal, de encuentro con el mercado, es y ha sido de importancia extrema, para cualquier organización que pretenda ser exitosa y productiva.
La ontología es parte de la metafísica. Trata del «ser» y de sus propiedades. Es el estudio no sólo del «ser», sino del «existir». Tema muy complejo al cual todos los filósofos han dedicado gran parte de su vida para definir y tratar de explicarlo.
En ese sentido la International Coaching Federation (ICF) define al coaching como un proceso en el que se ayuda a las personas a potenciar su productividad y su relación con el mundo que los rodea.
Por su parte, el coaching ontológico es la versión de esta disciplina que comprende aspectos de la psicología junto con técnicas de comunicación y observación.
En Argentina, esta práctica se ha vuelto muy popular y muchas empresas tienen a un coach que realiza reuniones con el personal para hablar de cualquier problemática y diseñar estrategias para que prosperen las relaciones interpersonales y el crecimiento de la empresa.
Un paso fundamental para lo anterior es saber aprender; conocer la forma en que cada ser humano, cada equipo, aprende. Tomar conciencia de cuáles son las tendencias y factores que inhiben el aprendizaje y cuáles son las tendencias y factores que lo facilitan.
Aprender a aprender significa obtener, adaptar y utilizar procedimientos que otras personas y organizaciones emplean para aprender. Implica una actitud humilde para poder absorber los conocimientos y experiencias que otras personas nos puedan transmitir.