Recorrer la historia de la fábrica Alpargatas es ingresar en el derrotero de los avatares políticos y económicos sufridos por las empresas radicadas en el República Argentina en el último siglo y medio.
En 1950, cuando se radicó la planta de Florencio Varela y le dio nombre a la rotonda de la entonces ruta a Mar del Plata, había un mundo de oportunidades impulsados por los inmigrantes que llegaron desde su tierra natal en busca de nuevos horizontes y que con tesón y esfuerzo lograron cumplir el sueño en una nueva tierra.
Y esa zona en que confluyen Berazategui, Florencio Varela y La Plata se convirtió en el pulmón industrial de la zona sur del Conurbano. En la oscura década del 70, la inteligencia militar y policial acentuó su lupa sobre esas empresas fabriles.
Después vino el descalabro económico. En el 2001, la mayor crisis hasta ahora, lo sumió en un concurso preventivo vía judicial, que terminó de levantar en el 2010, gracias al consumo interno.
Sin embargo, en el 2016, las políticas económicas volvieron a empujar a la industria textil a la cornisa. Y Alpargatas comenzó a despedir obreros y prácticamente paralizar la planta varelense. Ahora, ese máximo signo de trabajo, se puso a la venta.
En efecto, la firma de capitales brasileños Alpargatas avanza firme en su plan de reestructuración local -que incluye la venta de todos sus activos relacionados con el negocio textil- y por eso tres de las cuatro fábricas que tiene en el país hoy están a la venta.
Más precisamente la empresa tiene intención de vender sus fábricas localizadas en Buenos Aires (Florencio Varela), Corrientes y Catamarca para quedarse sólo con una planta industrial dedicada a la producción de calzado ubicada en la provincia de Tucumán.
En este contexto, en las últimas horas, trascendió que la unidad industrial de Catamarca (dedicada a la fabricación de trapos de pisos y rejillas) ya había sido vendida a la firma de capitales nacionales Fibran Sur, pero lo cierto es que la operación todavía no fue concretada y siguen abiertas las negociaciones entre las partes.
Básicamente Fibran Sur, que ya tiene una planta industrial ubicada en la provincia de Buenos Aires, tiene la intención de absorber toda la operatoria de Alpargatas en Catamarca así como también a sus más de 100 empleados.
A la par, los ojos siguen puestos en las fábricas localizadas en Buenos Aires y Corrientes, porque la empresa brasileña viene de cerrar sólo el año pasado tres de sus plantas de producción (localizadas en Catamarca, La Pampa y Chaco) con el objetivo de acelerar su plan de reestructuración.
En aquel momento Alpargatas explicaba en un comunicado: “Durante los últimos años se implementaron distintos procesos de retiro voluntario en las fábricas y se realizaron acciones alternativas, como suspensiones y vacaciones anticipadas, pero ninguna de esas medidas de emergencia permitió revertir la situación. La decisión es parte de un proceso orientado a lograr una mayor sustentabilidad del negocio a largo plazo”.
Mientras tanto, y para entender parte de esta decisión estratégica de desinvertir en la Argentina, mucho tienen que ver sus números globales. Según su último balance anual cerrado en diciembre pasado, Alpargatas logró un crecimiento en su facturación del 4,9%, hasta 3.904,5 millones de reales (1.040,4 millones de dólares).
La empresa textil y de calzado logró elevar sus ventas en todos los mercados en los que está presente, excepto en Argentina.
En Brasil, su facturación fue de 2.669,9 millones de reales (711,4 millones de dólares), un 10,4% más. La cifra de negocio del grupo en el extranjero, que engloba el negocio de Havaianas, creció un 11,3% en 2018, hasta 710,3 millones de reales (189,2 millones de dólares). En cambio, en Argentina, Alpargatas facturó 254,3 millones de reales (67,7 millones de dólares), un 21,1% menos que el año anterior.
Dentro de este esquema, también el año pasado la empresa se desprendió del 21,8% del negocio de Topper en el mercado local, tras venderlo al empresario Carlos Roberto Wizard Martins, por u$s24 millones.
Ahora el ajuste continúa, mientras siguen las negociaciones abiertas para vender su planta de Catamarca -y en los próximos días podría haber novedades concretas- el plan final con el que Alpargatas espera cerrar este 2019 en la Argentina está dirigido a concentrar toda su operatoria en la fábrica de Tucumán donde produce las marcas Topper, Havaianas y Mizuno, entre otras.