La legendaria banda compartió escenario con la Orquesta Escuela del distrito en un show gratuito que llenó la calle 25 de Mayo. Familias enteras vibraron con una fusión de ritmos que marcó el cierre del año cultural varelense.
El sábado por la noche, el centro de Florencio Varela se transformó en un gran salón de baile a cielo abierto. Cientos de vecinos y vecinas se congregaron en la calle 25 de Mayo, entre Chacabuco y Maipú, frente al edificio municipal, para disfrutar de un encuentro musical que unió tradición y talento local: Los Charros Originales junto a la Orquesta Escuela del distrito.
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La propuesta era ambiciosa: juntar en un mismo escenario a una banda con treinta años de trayectoria y el ímpetu de los músicos varelenses que día a día perfeccionan su arte en la Orquesta Escuela. El resultado superó las expectativas.
«Fue una velada maravillosa porque reunimos distintos géneros que le gustaban bastante al público», contó Carlos Flores, cantante de Los Charros Originales, todavía con la emoción de la ovación resonando en su voz. Y no era para menos: el repertorio navegó desde los clásicos hasta fusiones inesperadas con la potencia sonora de los instrumentos de viento de la Orquesta Escuela.
Para Flores, el descubrimiento de la noche fueron los jóvenes músicos varelenses. «Tienen una habilidad grandísima», destacó sin ocultar su admiración. Tanto, que ya comenzaron a planificar: «Vamos a recorrer teatros con su compañía». Una promesa que los artistas locales recibieron como el mejor regalo de fin de año.

El sueño de verlos en vivo, por fin cumplido
Entre el público, las historias se repetían con variaciones. Máxima Arzamendia, vecina de Villa Vatteone, confesó que hacía años esperaba esta oportunidad. «Tenía muchas ganas de verlos en vivo, pero nunca se había dado. Esta vez, al estar tan cerca de mi casa y sin pagar entrada, no lo podía dejar pasar», relató con una sonrisa que lo decía todo.
Para Máxima, la fusión de sonidos fue el punto más alto de la noche. «La orquesta le dio una frescura diferente a las canciones que ya conocía. Fue excelente», evaluó. Y no estaba sola en esa apreciación: a su alrededor, decenas de vecinos asentían, aplaudían y pedían más.
El nervio de los jóvenes talentos
Detrás del escenario, mientras afinaban sus instrumentos, Malena Coronel y Tupac Olivero compartían una mezcla de nervios y emoción. Ambos cornistas de la Orquesta Escuela sabían que tocaban en grande: compartir tarima con músicos de la experiencia de Los Charros no es algo que suceda todos los días.
«Había un nerviosismo particular, no solo por tocar con artistas de tanta trayectoria, sino por la cantidad de gente que vino», admitió Malena. Pero ese nervio, lejos de paralizarlos, los impulsó. «Es una chance para nuevos proyectos, para mostrar lo que podemos hacer», agregó Tupac, ya con el instrumento listo y la mirada puesta en el escenario.
Cuando finalmente salieron a tocar, cada nota sonó con la precisión y el corazón que solo los músicos jóvenes pueden imprimir. El público no tardó en reconocerlo con aplausos sostenidos.
Desde Ingeniero Allan para acompañar el sueño
Ana Franco hizo un viaje especial esa noche. Desde Ingeniero Allan llegó hasta Florencio Varela con una misión clara: acompañar a sus sobrinas instrumentistas y, de paso, escuchar en vivo «Cómo dejar de amarte», su canción favorita de Los Charros.
«Esta presentación fue una alegría», dijo Ana, emocionada. «Una hermosa manera de despedir el año con un espectáculo que tuvo una calidad extraordinaria». El viaje, sin dudas, había valido la pena. Ver a sus sobrinas en el escenario, rodeadas de músicos consagrados y frente a cientos de personas, le dio una dimensión nueva al esfuerzo de esas chicas que ensayan semana tras semana en la Orquesta Escuela.
Una apuesta por la cultura y las familias
El intendente Andrés Watson estuvo presente en primera fila, acompañado por su esposa Mariana Bruzzone y un nutrido grupo de funcionarios: los secretarios de Gobierno, Daniel Dono Leidi; de Cultura, Deportes y Recreación, Estefanía Nieva; de Relaciones Institucionales, Oscar Núñez; y el jefe distrital de Educación, Alfredo Schveizer.
Watson destacó el espíritu de la propuesta: «Fue una noche pensada para las familias, con el protagonismo del talento local y un conjunto emblemático que tiene treinta años de historia». La apuesta era clara: ofrecer espectáculos de calidad, gratuitos y en espacios públicos accesibles para todos los vecinos.
La presencia de la Orquesta Escuela no fue casual. Desde hace años, el municipio apuesta a la formación musical como herramienta de inclusión y desarrollo cultural. Ver a esos jóvenes compartiendo escenario con Los Charros Originales es, en cierta forma, la materialización de esa política pública: dar oportunidades reales, visibilizar el talento local y construir puentes entre generaciones de músicos.
El broche de oro de un año cultural
Este concierto llegó como el cierre perfecto de un año intenso en propuestas culturales para Florencio Varela. Durante 2025, el distrito multiplicó los eventos gratuitos en espacios públicos, desde ciclos de cine hasta peñas folklóricas, pasando por presentaciones de teatro comunitario y festivales de danza.
La calle 25 de Mayo, escenario elegido para esta noche, se ha convertido en un punto de encuentro habitual para los varelenses que buscan propuestas culturales de calidad sin tener que salir del barrio. La cercanía con el edificio municipal le da al lugar un carácter simbólico: la cultura en el corazón del distrito.
Música que abraza y proyecta
Cuando cayó la última nota y los aplausos se extendieron durante varios minutos, quedó claro que la noche había sido más que un simple concierto. Fue un encuentro entre generaciones, entre estilos musicales, entre vecinos que quizás no se conocían pero que compartieron el mismo ritmo durante unas horas.
Los Charros Originales se llevaron el cariño del público varelense y la promesa de volver. La Orquesta Escuela, por su parte, ganó experiencia, visibilidad y la confirmación de que van por buen camino. Y los cientos de vecinos que llenaron la calle regresaron a sus casas con la música todavía sonando en sus oídos y la certeza de que Florencio Varela sigue apostando por la cultura.
Mientras se desmontaba el escenario y las últimas familias se retiraban, ya comenzaban las especulaciones sobre qué sorpresa musical traerá 2026. Lo cierto es que noches como esta dejan la vara muy alta.

