No siempre las cosas son como deberían ser. Serrat cantó aquello de «nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio». Pues bien, en la zona rural de Florencio Varela lo saben y lo padecen. El derrumbe de un puente en la Ruta 53 despuès de la curva de la muerte y casi frente al barrio Los Ombúes, dejó a una amplia porción de la población del sur de la localidad virtualmente aislada.
La línea de colectivos que ingresa por la ruta està obligada a realizar otro recorrido lo que deja a barrios enteros sin el servicio, teniendo que caminar hasta dos kilòmetros.