Por Romina Martinez Parfeniuk
Mucho se habla de los asentamientos ubicados en Quilmes y cómo hacen frente a el aislamiento y al Covid-19, pero la zona sur en su amplio territorio cuenta con basto número de barrios vulnerables, donde el agua corriente, las cloacas aun no llegaron y donde el Estado en toda su expresión sigue siendo esperado por sus habitantes para mejorar su calidad de vida.
Florencio Varela no es la excepción. INFOSUR decidió en plena pandemia recorrer los pasillos y hablar con los habitantes del asentamiento “La Sirena al fondo”. La conocida villa ubicada entre el terraplén del ex ferrocarril provincial y el arroyo Las Piedras, lleva más de cuatro décadas creciendo, lideando con la crecida del arroyo, la discriminación y la ausencia de quienes solo se acercan en época de elecciones.
Por los angostos pasillos de tierra del asentamiento hay muchas viviendas, muchos niños, adultos mayores y jóvenes. Sus casas denotan el intentar progresar, el mejorar, pero cada vez se hace más cuesta arriba.
Los vecinos cuentan que al barrio no entran los remises, los patrulleros, los bomberos ni una ambulancia. No entraba el Estado antes y menos lo ha hecho en estos más de 77 días de Aislamiento, Social y Preventivo. “Estamos solos en esta pandemia. Nadie de la comuna se acercó a testear por el coronavirus” comenta Sandra una vecina y militante social de allí. La mujer que hace un mes comenzó a realizar una olla popular narra indignada “Acá la gente siempre tiene necesidades, pero ahora esto está peor porque la gente no tiene para comer o para cuidarse”.
La pandemia golpea a los que menos tienen y en especial a los que habitan los barrios vulnerables. Los que subsisten con las changas, el cartoneo, la venta en la vía pública, todo aquello que hoy por el coronavirus no se puede realizar. Y que no cuentan con las cámaras de televisión que apuntan para otro sectores más pudientes.
“Estamos hace dos días sin agua y acá como somos un barrio que no está registrado para la comuna. No tenemos cloacas y el agua que tenemos es de AYSA que conectamos una manguera de la boca que le da a La Sirena. La manguera le da agua a todo el barrio” enumera Gladys una cooperativista que en un tiempo tuvo un espacio donde la gente se acercaba para comer, pero que la falta de elementos hizo que lo cerrara “Me duele saber que en mi barrio hay chicos que no tiene para comer y no poder podemos hacer nada para ayudarlos” dice angustiada.
Por otro lado, Gladys recuerda que vive allí hace más de cuatro décadas. Vio crecer el asentamiento y viene desde hace años peleando para que se construya un puente seguro para cruzas el arroyo Las Piedras desde Varela hacia Quilmes “ Se pidió un montón de veces y nunca hubo repuesta, tuvimos que juntar dinero nosotros para hacer ese puente y los otros para poder cruzar de barrio” aseguró.
SANDRA Y SU GENTE PONIÉNDOLE EL HOMBRO A LA NECESIDAD DE OTRO
Así está Sandra Trejo, su familia y compañeros de la agrupación Mujica en el barrio. Ella junto a sus compañeros lleva un mes realizando una olla popular para ayudar a los que no tiene para comer en el barrio. Los lunes, miércoles y viernes entregan la ración de alimento caliente y los sábados, cuando consiguen productos, dan una merienda.
“Al principio eran unas familias las que venían, pero ahora estamos dando la comida a 65 personas y creo que vamos a tener que salir a pedir ayuda porque cada vez son más los vecinos que se acercan que no llegan para darle de comer a sus hijos, o los adultos mayores que viene a pedirme un plato de comida caliente” narra la mujer que agradece a su referente Alejandro Jaime por “siempre estar para poder hacer frente a esta situación que pasan mis vecinos”.
“Acá necesitamos que baje Desarrollo Social. Necesitamos que vengan a recorrer casa por casa para ver que la gente necesita elementos para su higiene y protección, y alimentos” expresa Trejo y exterioriza “estamos en una pandemia y la gente acá necesita más que nunca que se acuerden de que están. No tenemos agua legal, cloacas y si no fuera por la gente como yo que está haciendo la olla o los chicos de una iglesia que traen artículos de limpieza y reparten gratis, este barrio estaría en peor situación”.
“Gracias a la Mujica y a los vecinos que aportan para la merienda podemos darle algo a la gente del barrio que la está pasando muy mal” remarca Sandra Trejo y “Hoy los que estamos poniéndole el pecho a esta situación somos esos a los que llaman ´piqueteros´. Las agrupaciones barriales somos los que estamos haciendo las ollas en los barrios para alimentar a la gente que la está pasando mal”.
Respuesta de AYSA
La empresa Agua y Saneamiento Argentinos, se comunicó con este medio para aclarar que «ese barrio se encuentra fuera del radio servido de agua y cloaca de Aysa».