“Esta Justicia me avergüenza”, la frase no quedó escrita al pasar en el muro de la red social de Infosur. Hubo un intenso debate. La denominada “Masacre de Varela”, ese crimen en plena calle una madrugada de febrero 2017, que tiñó de sangre la avenida Senzabello, parece encaminarse a la impunidad, toda vez que la causa permanece archivada y nadie aporta un dato nuevo. Nadie. La foto en blanco y negro publicada que figura en el voluminoso expediente judicial muestra a las cuatro chicas minutos antes de la balacera en la que dos quedaron tendidas en un charco de sangre muertas y otras dos pudieron sobrevivir pero llevan en su cuerpo y en el alma las marcas y las secuelas de las balas disparadas, increíblemente, por un desconocido.
Si esa serie de publicaciones de Infosur mostraban a una Justicia empantanada, casi al borde de la complicidad, el documento que ahora presenta en exclusiva, es la verdadera cara de una Justicia que “da vergüenza”.
PARECE UNA BURLA
Hay muy pocos expedientes sin tachas y muchas voces aseguran que el sistema judicial no ha asumido los retos que le ha impuesto el nuevo ordenamiento jurídico para la lucha contra violencia la mujer. En el proceso judicial por la denominada “Masacre de Varela” hay de todos los condimentos para hacer que pase lo que pasó. Un perímetro no debidamente acordonado en la escena del crimen, selfies y videos con escenario del baño de sangre, testigos ocasionales que declararon sin repreguntas, abogados de oficios y letrados que buscaron catapultarse a la política.
En el proceso judicial nunca fue citado a declarar el dueño de la propiedad de Ezeiza a la que fueron tres de las chicas unas horas antes de desembarcar en el boliche del cual salieron a la madrugada para seguir el camino de la muerte. ¿Fueron a llevar o a dejar un paquete? ¿Qué contenía ese paquete? ¿Hubo entrega de dinero? Por qué cuando volvieron pasadas ya de la medianoche no fueron derecho a Santa Diablo y eligieron “rumbear” para el barrio San Franciso. Allí subió una de las chicas sobrevivientes.
FOLIO 676
De todos los hechos que llaman la atención de expertos criminalistas que pudieron acceder al expediente judicial hay uno que llama la atención: es el informe preliminar de necropsia. Para ser más claros el croquis del cuerpo de las víctimas fatales que realizó el perito forense. Y aunque podría tratarse de la primera impresión tras el luctuoso hecho, es el único registro que quedó de cómo, dónde y cuántos proyectiles ingresaron al cuerpo de las víctimas.
“Son impresentables, hicimos una maqueta para evitar este tipo de dibujos”, señaló un avezado perito policial consultado por Infosur. El folio 676 da cuenta de un dibujo casi “picaresco”, más cercano a una burla que a una verdadera investigación policial. Y a nadie ya le llama la atención.
Una silueta digna de un avanzado estudiante de salita de tres, con los senos dibujados en forma cuartelesca, son la puerta de entrada para un informe del ingreso de los proyectiles. “Nos avergüenza”, decía la lectora en las redes sociales. Y tiene razón.
El dibujo lleva la firma de un profesional al que no vamos a cuestionar, pues todo hace suponer que forma parte de una forma de trabajar que hace a todo el poder judicial.