Ocurrió unos meses atrás en Quilmes. Una yegua, de nombre Begonia, fue rescatada mientras la cargaban descomunalmente con neumáticos el carro que tiraba. Cuando los miembros de «Caballos de Quilmes» la llevaron al refugio se dieron cuenta de que estaba embarazada y extremaron los cuidados. En las últimas horas pudo dar a luz a un potrillo que nació en libertad.
El día del operativo en el que pudieron rescatar a Begonia, hubo incidentes con los carreros, como cada vez. Un policía resultó herido, otro tuvo que ser asistido, mientras los dueños de la yegua se golpeaban la cabeza contra el patrullero. Pero no pudieron detener el rescate.
Begonia llevaba en su vientre un bebé. Durante varios meses los integrantes de la organización que rescata a os caballos del cautiverio y el maltrato, cuidaron de la yegua. La llevaron a un campo y le bridaron asistencia veterinaria. Finalmente en la últimas horas pudo dar a luz a un potrillo, al que llamaron Geranio. El parto y alumbramiento no fue fácil. El potrillo tuvo que ser asistido porque no podía levantarse a mamar. Se lo tuvo que sondear y se le pasó el calostro de la madre donde pudo finalmente recuperar vitalidad. Después de varios intentos, ya más fuerte, pudieron ponerlo en pie y pudo mamar por si solo.
«Begonia y su bebé pudieron salvarse, pero muchos caballos de carro no pueden hacerlo», señalan desde la organización que pide donaciones voluntarias para mantener su trabajo en las calles de Quillmes.
La organización ya a rescató más de 370 caballos de la tracción a sangre y el maltrato. Hasta ahora, tienen más de 140 caballos internados, muchos de ellos de mediana y alta complejidad. Begonia es una de esas historias.