Con las manos cruzadas e impotentes los vecinos se miran, murmuran, callan. Nadie se atreve aún a expresar en toda su dimensión el horror sucedido a pocos metros de sus casas. Cómo se pasa de ser un chico jugando a la pelota a ser un posible asesino, cómo de ser otro pibe jugando en el potrero a ser la víctima. Demasiadas preguntas sin responder.
Así esta la barriada, silenciado por el estupor y la tristeza. La pesadilla comenzó ayer cuando la mamá de Axel Aparicio de 10 años denunció su desaparición cerca de las 18 horas. Los vecinos junto con la policía iniciaron una búsqueda que se iba haciendo desesperada a medida que pasaban las horas sin novedades.
Por fin, llegó la peor noticia. El niño perdido fue hallado hoy por la mañana, asesinado en el fondo de una casa de Ingeniero Allan en Florencio Varela y por el crimen fue detenido un adolescente de 14 años que habría confesado el asesinato. El dato es aún más impactante pues quien lo mató, después pidió la ayuda de su hermano de 10 para esconder el cuerpo en la casa de la calle 1155.
Fuentes del caso informaron que en ese lugar, y ante la presencia de su mamá, un chico de 14 años habría confesado que asfixió a la víctima con una almohada. Luego, con la ayuda de su hermano, de 10 años, habría traslado el cadáver hasta el lugar donde lo encontraron. El potrero en silencio, la pelota quieta, la niñez perdida en esta tragedia que aún no tiene nombre porque nadie sabe como llamar a un niño asesino de otro niño.
Ingeniero Allan, el barrio que no sale del espanto
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