Los dos comisarios de la Policía de la Ciudad detenidos como acusados del encubrimiento del crimen de Lucas González, el adolescente de Florencio Varela, asesinado de un balazo por personal de esa fuerza de seguridad en noviembre pasado en el barrio porteño de Barracas, serán indagados hoy por el juez de la causa, informaron fuentes judiciales.
El comisario inspector Daniel Santana, jefe de la zona correspondiente a dicho barrio del sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), y el comisario Rodolfo Ozan, jefe de la Comisaría Vecinal 4D, serán indagados durante la mañana de manera virtual por el juez Martín Del Viso y el fiscal Leonel Gómez Barbella.
Fuentes judiciales confirmaron que Ozan será el primero en ser indagado de manera virtual, a partir de las 10, mientras que la indagatoria de Santana se llevará a cabo a continuación.
Santana y Ozan fueron detenidos en la madrugada del domingo último y alojados en la Alcaldía de la Policía Federal Argentina, ubicada en la calle General Madariaga, en el barrio porteño de Villa Lugano.
Las escuchas telefónicas que complican a los comisarios
Para ordenar estas dos nuevas detenciones, la Justicia se basó en elementos que surgieron de una serie de escuchas telefónicas en la que uno de los policías reconoció que habían cometido «un mocazo».
«Fabi: ¿Qué pasó, Rodo? ¿se mandaron un moco?; -Rodo: un re mocazo boludo, aparentemente eh… sí», se dijo en la primera parte de la conversación entre el comisario Fabián Alberto Du Santos -también detenido por encubrimiento-, y Ozan, de acuerdo al requerimiento de la fiscalía al que accedió Télam.
Luego, Ozán le solicitó a su interlocutor: «Que vaya y busquen lo tenga que buscar para justificar esto.»
En la conversación, Ozan se refiere a las circunstancias en la que fue baleado Lucas y le dice a Du Santos: «El tiro está de atrás hacia delante» y «le voló el frasco…» en referencia a que había impactado en la cabeza del adolescente cuando iba en el auto con cuatro amigos y fue perseguido por tres efectivos de la la Brigada de esa comuna, que se encuentran detenidos.
«Yo ahora le llamo, lo llamo a Santana ehh…porque no lo llamas al perro y le decís que venga a para emprolijar esta cagada, si quiere…», pidió Ozan respecto al otro comisario detenido en las últimas horas en la causa por el encubrimiento del hecho.
El crimen de Lucas y el pedido del fiscal
En su solicitud de detención, Gómez Barbella sostuvo que se «ha reafirmado la sospecha que han participado en la comisión de los delitos investigados bajo una relevante responsabilidad y jerarquía institucional dentro de las dependencias cuyo personal concretó estos sucesos».
Por el homicidio calificado de Lucas y la tentativa de homicidio calificada de sus tres amigos están procesados con prisión preventiva los policías de la Ciudad Juan José Nieva, Fabián López y Gabriel Issasi.
Mientras que por el encubrimiento están también con prisión preventiva los comisarios Juan Romero y Du Santos, el subcomisario Roberto Inca, el inspector Héctor Cuevas y las oficiales Micaela Fariña y Lorena Miño, quienes afrontan otros cargos como «falsedad ideológica, encubrimiento agravado, privación ilegal de la libertad agravada y vejaciones».
Además, el subcomisario Ramón Jesús Chocobar, y los oficiales Sebastián Baidon, Jonathan Alexis Martínez, Ángel Darío Arévalos y Daniel Rubén Espinosa, todos de la Comisaría Vecinal 4D de la Policía de la Ciudad, fueron apresados el domingo de la semana pasada por «encubrimiento agravado, privación ilegal de la libertad agravada y falsedad ideológica».
Así fue el crimen de Lucas González
El asesinato de Lucas (17) sucedió cerca de las 9.30 del 17 de noviembre, cuando la víctima y tres amigos de su misma edad salieron de entrenar del club Barracas Central a bordo del Volkswagen Suran del padre de uno de ellos y se detuvieron en un kiosco situado en Iriarte y Luna, para comprar un jugo.
Luego fueron interceptados por un auto Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones de la Policía de la Ciudad sin patente ni signos de ser policial, del que bajaron tres efectivos armados y sin identificar.
De acuerdo con las pruebas recabadas, los adolescentes creyeron que eran ladrones que iban a robarles, por lo que huyeron del lugar, momento en que los policías les dispararon desde distintos ángulos.
Al menos cinco tiros dieron en el auto y uno de ellos impactó en la cabeza de Lucas, quien tras ser atendido de urgencia en un hospital porteño fue trasladado y murió horas después en el hospital «El Cruce» de Florencio Varela.