Miles de familias disfrutaron dela Fiesta de la Frutilla, una jornada a pura producción local, música y tradición. Watson y Rodríguez destacaron el impulso al trabajo rural y el rol del Estado provincial frente a la ausencia nacional.
El aire del domingo se impregnó de aroma a frutillas frescas y tierra húmeda en Florencio Varela. Miles de vecinas y vecinos coparon los senderos del Museo Histórico Provincial “Guillermo Enrique Hudson”, donde la Fiesta de la Frutilla volvió a reunir producción local, cultura y comunidad en un mismo territorio.
Desde temprano, familias enteras llegaron a la reserva ecológica, algunas en auto, otras en bicicleta o en transporte público. La feria se desplegó entre árboles, puestos de verduras, emprendimientos familiares y el infaltable fruto rojo que simboliza el trabajo del campo varelense.
El intendente Andrés Watson, acompañado por el ministro de Desarrollo Agrario bonaerense, Javier Rodríguez, encabezó la recorrida por los distintos stands y celebró “una jornada con una notable concurrencia de la comunidad, que aprovechó para comprar frutillas, verduras, productos de emprendimientos y compartir un paseo en familia”.
Watson subrayó “la determinación política de Axel Kicillof junto a la labor en sintonía de este Ejecutivo con la Provincia con la misión de respaldar de manera permanente al rubro rural”, en contraste con “una ausencia absoluta del Estado nacional”.

Por su parte, Rodríguez destacó la articulación con los municipios como “fundamental para fortalecer la producción frutihortícola bonaerense”. Y resaltó “el compromiso de un intendente con un trabajo incansable que convierte este tipo de eventos en espacios de encuentro, turismo y cultura”.
A pocos metros, Ayelén Borda, subsecretaria de Priorización y Seguimiento Económico y Productivo de la Jefatura de Asesores del Gobernador, valoró “un equipo de gobierno dedicado al crecimiento de un distrito pujante”. Para ella, la festividad “representa la identidad del partido, una muestra viva de su comunidad trabajadora”.
En el ingreso, el busto de Hudson recordaba el legado del naturalista y su amor por la naturaleza. A su alrededor, una larga fila de puestos exhibía frutas, hortalizas, dulces, miel, plantas y conservas elaboradas por cooperativas y productores locales.
“Vinimos en bici desde Ricardo Rojas, al principio el día estaba feo, pero después salió el sol y nos animamos”, contó Agustina Aranda, mientras cargaba una bolsa repleta de tomates y alcauciles. “Todo de muy buena calidad”, aseguró.
Reina Baltazar, joven productora varelense de frutilla, acomodaba los cajones con dedicación: “Seleccionamos todo con días de anticipación para mostrar lo mejor. Cada uno elige su forma de ofrecer y hasta armamos promociones”.
Desde Berazategui, Carmen Hernández no ocultó su entusiasmo: “Fue hermoso, hasta vimos un show de Los Pasteles Verdes. Antes teníamos que irnos lejos para ver algo así, esta vez fue cerca de casa”.
El cierre musical, las risas y el clima familiar sellaron una jornada que no solo rindió homenaje a la frutilla, sino al esfuerzo cotidiano del pueblo varelense.
Una fiesta que, año tras año, reafirma que la tierra de Hudson sigue dando frutos y comunidad.

