El estadio Norberto «Tito» Tomaghello fue escenario de un escándalo que sacudió Florencio Varela durante el partido entre Defensa y Justicia y Banfield. Lo que debía ser una noche de fútbol se convirtió en un campo de confrontación, cuando un grupo de hinchas decidió alzar su voz en protesta contra la dirigencia del club, encabezada por Diego Lemme. Lo que siguió, según denuncian los hinchas, fue una operación de represión orquestada directamente desde lo más alto del poder del Halcón.
La protesta comenzó con una bandera que repudiaba la controversial contratación de Osorio, un jugador con acusaciones de abuso sexual en Tucumán, motivo por el cual fue liberado por Vélez Sarsfield. Sin embargo, la manifestación pacífica rápidamente atrajo la atención de la seguridad del estadio y de la policía, quienes intentaron quitar la bandera.
Hostilidad de la barra en la cancha de Defensa y Justicia
Pero la verdadera tensión surgió cuando los integrantes de la barra brava del Halcón, presuntamente bajo órdenes directas de Lemme, se acercaron al sector donde ondeaba la bandera para exigir su retiro. «Nos dijeron que la sacáramos por las buenas», relataron los hinchas. «Les preguntamos cuál sería la mala, pero lo único que recibimos fueron insultos y amenazas veladas».
El ambiente en el Tomaghello se tornó hostil rápidamente. Hinchas, tanto hombres como mujeres, fueron blanco de improperios y amenazas mientras intentaban defender su derecho a la libre expresión. A pesar de la intimidación, se mantuvieron firmes y no cedieron ante las presiones.
Este incidente expone las oscuras conexiones entre la dirigencia de Defensa y Justicia y la barra brava del club, en un contexto donde la violencia y la represión parecen ser las respuestas a cualquier forma de disidencia.
El reclamo de los hinchas también incluye la necesidad de una secretaría de género en el club, un pedido que resuena con fuerza en una comunidad que exige transparencia y respeto en una institución que representa a Florencio Varela.