Patricia Roussel es de esas mujeres cuya fortaleza resulta admirable. Magíster en Enfermería trabaja en el Hospital de Alta Complejidad El Cruce de Florencio Varela desde el 2008 desarrollando diferentes tareas asistenciales. En 2013 la pusieron al frente del vacunatorio. Actualmente es la directora de Enfermería del Hospital El Cruce y tiene a cargo a más de 500 trabajadores de la salud. En este año de pandemia por coronavirus le tocó pasar por cuestiones que se clavan como un puñal en el corazón y el alma. Tuvo que despedir a dos de los compañeros fallecidos a causa del Covid_19 y a pacientes que no podían ver a sus familias internados en terapia intensiva y a las que tuvo que cerrar la bolsa tras la muerte.
Ahora, trabaja sin descanso en el operativo de vacunación y se quiebra a la hora de hablar de «esas cosas que dicen de nuestro hospital, vimos morir a pacientes tomados de nuestra mano, a compañeros nuestros que cayeron trabajando, acá no vamos a hacer nunca nada para perjudicar al otro», dice visiblemente conmovida. La frase la lanza tras un extenso diálogo con Mestiza, la Radio de la Universidad Nacional Arturo Jauretche, después de escuchar la noticia de que una mediática dirigente política hizo referencia a la supuesta preferencia sobre el músico Indio Solari para recibir la vacuna y que fuera respondida por la pareja del artista.
“El 29 de diciembre ingresaron al hospital las primeras dosis y empezamos a armar la logística. Primero fueron los profesionales que estaban en terapia Intensiva y ahora estamos con adultos mayores de la comunidad y los docentes,», contó en el programa Pasa de Todo.
De seis a ocho trabajadores de la salud se involucran en el operativo de vacunación por cada uno de los vacunados. Roussell lo explica así: «personal de enfermería, gestión, seguridad y personal de limpieza» El importante proceso para la vacunación empieza con la persona que llega al lugar y sigue con quien verifica su turno en gestión. Después de ese OK, se pasa a la prevacunación donde estudiantes de la UNAJ hacen las preguntas previas al pinchazo de la esperanza. Si esta etapa está bien se prosigue con la vacunación. Tras ese acto, hay que esperar unos 20 o 30 minutos para evitar alguna reacción adversa. A todo se suma el personal de limpieza que realiza la desinfección a cada minuto.
Otro de los puntos abordados en la entrevista tiene que ver con la logística que tiene cada uno de las vacunas. Por un lado el control de la llegada de las dosis, el cuidado con la cadena del frío de cada una y el acto administrativo para que no se pierda ninguno. Es un trabajo sincronizado y de alto estrés.
“La logística es la misma para todas las vacunas, pero el tratado es diferente, en la rusa, la Sputnik V, es a menos de 18 grados. Antes venían de a cinco dosis, teníamos que juntar sí o sí 5 personas para descongelar la vacuna, dejabas la vacuna en reposo de 6 a 8 minutos y cuando tomaba temperatura ambiente se empezaba a vacunar, ahora viene monodosis. La segunda viene de a cinco, a veces te falta una persona porque no viene, o tiene Covid, entonces tenés que ver si hay una persona en el próximo turno o en el listado para completar la quinta dosis. La Sinopharm viene de 10 o 20 pero tiene una vida media de seis horas, la puedo tener en la heladera e ir sacando las dosis. La Sputnik es congelada y la Sinopharm es de 2 a 8 grados, se puede tener en una heladera común. Los lunes, martes y miércoles Provincia nos carga de 150 a 200 dosis de las primeras dosis, y jueves, viernes y sábado nos carga las segundas dosis. En el primer momento teníamos el vacunatorio en los consultorios y vacunábamos a los trabajadores. Pasamos el vacunatorio al fondo del Hospital porque vienen personas de la comunidad, hay que cuidarlas, hemos vacunado a personas de 100 años y también reducidas de movilidad, entonces podemos desde ahí acercarnos al auto. El proceso de la vacunación es dinámico y se va mejorando día a día”, contó en detalle a Mestiza.
Otro punto conmovedor en el relato fue al mencionar a sus compañeros caídos en el marco del combate contra la pandemia. “Nos convertimos en la persona que te daba los cuidados y en ocasiones en las que te daban el ultimo adiós. Yo estoy a cargo de 504 enfermeros. Perdí dos enfermeros por Covid, todo se va juntando, pero a mi todo esto me hace más fuerte. Es una elección de vida, me toco gestionar en pandemia. Es muy duro lo que uno pasa acá, cuando llegó la vacuna para nosotros es una esperanza, seguimos todos los días creyendo en esta esperanza. Me gustaría que la gente estuviera en nuestra piel y si piensan que desde acá se tomaría una acción para perjudicar al otro están muy equivocados. Algunos dichos me generan impotencia, es verdad que cuando la gente recibe la vacuna te lo agradece tanto, la logística de la vacuna en la Provincia es impecable, no hay nada que decir”.
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