Se estima que quedan sólo 20 en la región del Gran Chaco y menos de 250 en todo el país; el yaguareté, el felino más grande de nuestro continente se encuentra en “peligro crítico” según organismos oficiales y son muchos los motivos para destacar su importancia y revertir esta situación.
1- Es una especie “indicadora” de la salud del ambiente. Al estar en la cima de la cadena alimenticia y depender de presas más pequeñas para su subsistencia, su presencia garantiza un ecosistema sano.
2- La magnitud de su territorio: Cada yaguareté requiere para sobrevivir un mínimo de 40.000 hectáreas en la región chaqueña (dos veces el tamaño de la ciudad de Buenos Aires), de bosques continuos y en muy buen estado de conservación.
3- Su tamaño imponente: El yaguareté es el felino más grande de América, y el tercero del mundo, luego del tigre asiático y del león. Mide entre 150 y 180 cm de largo, a lo que hay que agregarle los 70 a 90 cm que mide su cola. Alcanza una altura de entre 65 a 80 cm y su peso habitualmente ronda los 70 a 90 kg, llegando en ocasiones hasta los 135 kg.
4- Su territorio se va contrayendo: ahora viven solo en un 5% de la superficie respecto del lugar que ocupaban originalmente en Argentina. Hasta principios del siglo XX tenía una distribución muy amplia en el continente americano. Habitaba desde el sur de Estados Unidos hasta la Patagonia argentina. Los científicos estiman que los jaguares ocupan menos del 50% de su distribución original, En nuestro país el proceso de retracción fue el más extremo.
5- La importancia para los pueblos originarios. Su imponente figura, su fuerza y su temple lo han convertido en una especie de gran valor cultural y espiritual para los pueblos originarios que habitaron y habitan el continente americano. “Verdadera fiera” en Guaraní, el yaguareté es considerado un animal sagrado.
6- Es una de las pocas especies de la fauna argentina que ha sido declarada como Monumento Natural Nacional por la Ley Nº 25.463, del año 2001. Esta norma establece que la Administración de Parques Nacionales y la Dirección de Fauna Silvestre de la Nación deben implementar un plan de manejo que asegure su supervivencia. Además es Monumento Natural Provincial en las provincias de Chaco, Salta y Misiones.
A pesar de esto, su territorio no está protegido. El amparo presentado por Greenpeace ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene como objetivo proteger su hábitat y así salvar a la especie.
Las amenazas :
La fragmentación y disminución de su hábitat natural, debido al avance de los desmontes, y la caza furtiva, son las principales amenazas. Los yaguaretés del Gran Chaco Americano dependen de territorios muy grandes (400 a 2.900 km2), para su supervivencia, y el deterioro de los bosques los puso al borde de la extinción en la región. Más del 20% de los bosques del Gran Chaco fueron convertidos en pastizales y tierras de cultivo. Su biodiversidad se fue reduciendo, y esto afectó particularmente a los mamíferos más grandes.
La principal causa es el avance de la frontera agropecuaria (ganadería y soja transgénica que en gran medida se exportan a China y Europa).
A su vez, los grandes depredadores del Gran Chaco, especialmente el jaguar y el puma, son a menudo cazados, principalmente por ganaderos, debido al riesgo que representan, o se cree que representan, para el ganado.
En Argentina la especie se encuentra en Peligro Crítico (CR) en la Categorización 2019 de los mamíferos de Argentina según su riesgo de extinción, según la lista elaborada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación y la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos.
¿Hay esperanza? A pesar de su estado crítico, los especialistas estiman que aproximadamente 81.000 km2 de la región chaqueña semiárida de Argentina aún tendría potencial para albergar al yaguareté. Detener los desmontes es la llave para comenzar a revertir la situación alarmante de la especie tan valiosa en nuestro país.