En territorio bonaerense, los datos oficiales muestran que los extranjeros representan solo el 1% de los jóvenes de entre 16 y 17 que están imputados por la Justicia Penal Juvenil. En ese sentido, sobre un total de 2434 jóvenes, el 99% de aquellos que durante el año 2017 formaban parte del Registro de Procesos del Niño eran de nacionalidad argentina.
“En momentos de crisis, muchos sectores políticos optan por reduccionismos que no constituyen una solución a problemas tan graves y complejos como la inseguridad y el narcotráfico, y hasta pueden agravar aún más la situación”, explicó Martello, quien está a cargo del Observatorio de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (NNyA) de la Defensoría del Pueblo bonaerense.
En ese sentido, remarcó que medidas similares a las que ahora se intentan instalar en la Argentina comenzaron a instrumentarse en Estados Unidos, generando una grave situación humanitaria. En los últimos meses, más de 2000 NNyA fueron separados de sus padres a raíz de las deportaciones, que se aplicaron por distintos motivos: desde haber cometido algún delito hasta tener la visa vencida.
Cabe destacar que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha dejado en claro que cualquier política migratoria respetuosa de los derechos humanos “debe evaluar, determinar, considerar y proteger de forma primordial el interés superior de la niña o del niño afectado”.
Para el Defensor del Pueblo Adjunto es indispensable ponerle un freno a la estigmatización, la discriminación y la exclusión de las personas migrantes causadas por la asociación automática entre migración y delito. “Los impactos de las medidas que apuntan a endurecer la política migratoria son enormes porque muchas veces intensifican los prejuicios, la segregación y los conflictos sociales. Y hasta pueden derivar en un aumento de la violencia. Sus efectos más profundos se sienten en grupos específicos, como las y los niños, niñas y adolescentes”, agregó Martello.
Por otra parte, Martello consideró que es imposible combatir un flagelo global, como el narcotráfico, “sin trabajar conjuntamente con los gobiernos de otros países, especialmente con las naciones limítrofes”.