La conmoción en Florencio Varela no cesa tras el brutal asesinato de Paloma Gallardo (16) y Josué Salvatierra (14), cuyos cuerpos fueron hallados en un descampado de Bosques. La autopsia preliminar reveló que ambos murieron por traumatismo de cráneo, sin signos de violencia adicional ni mutilaciones. Se presume que el arma utilizada fue una piedra.
Un crimen atroz y una investigación en curso
Los investigadores caratularon el caso como «robo y homicidio criminis causae», dado que las pertenencias de los adolescentes no fueron halladas en el lugar. Se sospecha que fueron atacados con el objetivo de despojarlos de sus objetos de valor y luego asesinados para evitar testigos.
Las cámaras de seguridad captaron a los jóvenes caminando hacia el descampado, pero no se volvió a tener noticias de ellos. Ahora, los peritos intentan reconstruir su recorrido desde sus casas hasta el sitio del crimen, en busca de nuevas pistas que permitan identificar a los responsables.
El rol de la policía, en la mira
La cercanía del lugar del hallazgo con la Comisaría Cuarta de Bosques—menos de diez cuadras—genera fuertes críticas a la policía, que aseguró haber rastrillado la zona sin éxito. La pregunta es inevitable: ¿cómo es posible que no hayan encontrado a los adolescentes antes?
Las familias exigen justicia y denuncian inacción de las autoridades. “Nos dijeron que era una aventura juvenil, mientras nuestros hijos estaban muertos”, lamentó Omar Gallardo, padre de Paloma.
La investigación sigue abierta y el barrio entero clama por respuestas.