(Por Romina Martínez Parfeniuk) El Tribunal en lo Criminal N° 2 del Departamento Judicial Quilmes, con asiento en Florencio Varela, integrado por los jueces Santiago Zurzolo Suárez, Natalia González Aguirre y Fabio Ariel Stremel, dictó sentencia por el asesinato de Alcides Ramón Báez, un joven trabajador que fue baleado durante un asalto el 26 de mayo de 2018 en de la Avenida Luján y Pehuajó, en Bosques. Los magistrados impusieron penas de prisión perpetua a uno, 9 años y 13 años, todos acusados por su participación en el crimen.
Las condenas
Leandro Alfredo Alvarado fue condenado a prisión perpetua por ser autor del homicidio criminis causa calificado por el uso de arma de fuego, en concurso con robo agravado y tenencia ilegal de arma de guerra.
El Tribunal consideró probado que fue quien efectuó el disparo mortal contra Báez con el propósito de asegurar la impunidad del robo.
Walter Ariel Flores recibió 13 años de prisión como coautor del robo calificado por el uso de arma de fuego, al haber participado activamente en el asalto.
Alfredo Luján Jara, alias “Rana”, fue condenado a 9 años de prisión por robo calificado por el uso de arma de fuego y tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, ambos en concurso real, también en calidad de autor.
El tribunal señaló que aguardaba afuera en una motocicleta para facilitar la huida de sus cómplices.
El hecho
Según la reconstrucción judicial, cerca de las 20:30 horas del 26 de mayo de 2018, Alvarado y Flores ingresaron armados al kiosco “UVA” con la intención de robar la recaudación.
En el interior se encontraba Alcides Báez, cliente habitual del comercio. Al resistirse, fue tomado del cuello y baleado en el pecho.
Murió dos días después en la Clínica Fitz Roy, en la Ciudad de Buenos Aires.
El tribunal valoró especialmente las filmaciones de las cámaras de seguridad aportadas por el dueño del local, Walter Luis Esteban, que mostraron con claridad la secuencia del ataque y la participación de los tres acusados.
“El video fue la prueba más contundente: se observa a Alvarado disparar con su mano izquierda mientras huía, provocando la muerte de Báez”, sostuvo el juez Fabio Stremel en los fundamentos del fallo.
Testimonios claves
Durante el debate oral declararon más de una decena de testigos. Entre ellos, las empleadas del kiosco, quienes presenciaron el hecho y relataron el momento del disparo. También un comerciante de la zona, que reconoció en rueda de personas a los tres acusados, identificando a Jara como el conductor de la moto y a Alvarado y Flores como los autores materiales.
“Escuché el disparo, vi salir corriendo a los dos muchachos y uno subió a la moto blanca que los esperaba”, declaró Millán ante el Tribunal.
Asimismo, la testigo y ex pareja de un sospechoso inicialmente involucrado, aportó conversaciones y fotografías que permitieron vincular a Alvarado con la escena del crimen.
Pedido del fiscal
El fiscal de juicio, Marcelo Selier solicitó para Leandro Alvarado la pena de prisión perpetua, por entender que el disparo que terminó con la vida de Báez fue ejecutado “con total desprecio por la vida humana” para asegurar el éxito del robo.
Pidió también penas efectivas para los otros dos imputados, Jara y Flores, en función de su participación comprobada.
Clamor de una familia
Durante la audiencia final, los familiares de Alcides Báez reclamaron justicia y condenas ejemplares, recordando a Alcides como “un trabajador querido por todos sus vecinos” dijo Lucia Lescano – mamá de la víctima- y remarcó “Alcides no molestaba a nadie, salía de su trabajo. Mi hijo tenía todas las ganas de vivir”.
“Fueron siete años y ocho meses esperando con mucho dolor este momento. Desde el día que pasó esto no duermo, no como” destacó la mujer quien comentó “Esperé muchos años para estar frente a estas persona, quería verles la cara y saber porqué lo hicieron”.
Por último, tras conocerse la sentencia a los tres implicados en el crimen los familiares de Alcides aseveraron “Hoy sentimos que por fin se hizo justicia.
Condenas por el grave crimen
En su decisión, los jueces afirmaron que el crimen “no deja lugar a dudas” sobre la autoría y participación de los tres acusados, y destacaron la gravedad del hecho:
“Fue un homicidio cometido para garantizar la impunidad de un robo. Una vida humana fue eliminada en apenas treinta y cuatro segundos de violencia”, expresó el Tribunal en sus fundamentos.

