Fusilaron a un pibe en un campo donde venden drogas
Detrás del crimen de Joel Carbajal (18), en un campo de Florencio Varela, se esconde la trama oscura de una nueva metodología que utilizan los narcos para vender drogas al menudeo. Un método que Infosur viene alertando ante los oídos sordos de la jefaturas policiales, tanto distrital como departamental, y que sospechamos ya se cobró antes la vida de un policía a fines del año pasado.
No es fácil entrar a ese predio conocido como “El Pájaro” por la avioneta de la publicidad. Los ojos rehúyen, aunque la fama del “campo” llega lejos. Es un descampado justo en el cruce de las calles Dr. Portela y El Tero en Florencio Varela. Allí se vende droga por las noches. Las colas comienzan a las 19:30 hs. Y se extienden hasta altas horas de la madrugada. Vienen de Glew, de Lavallol y de distintos barrios varelenses.
Joel había llegado allí junto a su primo y a un amigo. Iba a comprar “paco”. Se lo confirmó a Infosur el padre, Gustavo Carbajal (46). Ese territorio se convierte en inexpugnable por las noches donde mandan los narcos, la banda conocida como “Los Paraguayos”, aunque a decir verdad está integrada más que nada por argentinos.
Seis cuadras de colas son suficientes para que cualquiera los pueda ver, pero increíblemente resulta invisible ante los ojos de las autoridades policiales. Y la banda, que utiliza soldaditos en cada esquina a forma de custodia, no sólo vende, sino que están dispuestos a cualquier cosa. Y una de ellas es a matar.
Los miembros de la banda estaban en busca de sangre el sábado a la noche. Enceguecidos querían demostrar que son “bravos”, cayera quien cayera. Y le tocó a Joel que estaba en la fila y lucía unas nuevas y hermosas zapatillas. “A este le cabe”, dijo uno de los soldaditos y obligó a Joel, a su primo y a otro de la fila a correr por su vida. Le dispararon por la espalda. Lo fusilaron. Los otros dos lograron escapar.
Tirado malherido, el cuerpo de Joel fue arrastrado unos metros y tapado con bolsas de naylon. La venta siguió como si nada. El joven agonizó varias horas y fue encontrado recién a las 10 de la mañana del domingo, ya sin vida.
“Hicieron puntería al blanco”, declaró a Infosur Gustavo, el papá, minutos después del entierro de su hijo en el cementerio de Glew, quien pidió Justicia por su hijo. “El paco nos atraviesa a todos en el barrio, el era adicto, pero lo mataron como a un perro”, insistió.
El hecho pone blanco sobre negro la situación de la jefatura policial de Florencio Varela. Y pide a gritos que se haga algo, porque los crímenes narcos empiezan a disfrazarse de otra cosa para no inflar las estadísticas. Muy lejos de lo que pide el propio Ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, de “ir siempre con la verdad”.