Con una comida en un restorán de la zona oeste quilmeña se realizó días atrás un emotivo homenaje a la fiscal María Adela Isabel Oricchio, de larga trayectoria en el Poder Judicial de Quilmes. La profesional, muy querida en el ámbito de la justicia local y de la Provincia recibió el merecido afecto de todos aquellos que a través de los años compartieron tareas con ella.
Desde 1990 se desempeñó en la Justicia local como prosecretaria de la Fiscalía de Cámaras; en 1994 fue nombrada fiscal, desde siempre estuvo vinculada con la docencia como con la matrícula ejerciendo como abogada. Durante décadas litigó en los juicios orales, destacada por su contracción al trabajo era una de las primeras en llegar a su oficina del anexo y de las últimas en retirarse.
Al encuentro que se dio en un marco de cordialidad y con la emoción a flor de piel asistieron funcionarios de otros departamentos judiciales que en su desarrollo de su carrera judicial han aprendido y trabajado junto a la doctora Oricchio. Estuvo el fiscal General, Marcelo Dragui; la defensora General; Noemí Pérez; el juez federal de Quilmes, Luis Antonio Armella; sus primeros compañeros de la sede judicial de Yrigoyen 475, algunos ya gozando de los beneficios del retiro previsional; también estuvieron fiscales, defensores, empleados, entre otros.
A la doctora Oricchio se la vio emocionada, tomándose fotos con los presentes que colmaron la parrilla sita en Quilmes Oeste; uno de los momentos más sentidos fue cuando dirigió unas palabras a sus pares agradeciendo por «los años compartidos, el acompañamiento en la labor profesional», asimismo mencionó a los doctores Héctor Vogliolo y Gustavo Falcón, exmagistrados, pares en sus primeros años en la justicia quilmeña. El denominador común fue uno para todos; la fiscal es parte de la historia en los 30 años de la creación del Departamento Judicial; pero todos le expresaron su afecto por su calidad humana a través de las décadas.