La Biblia y su estricta interpretación son la base sobre la que los Testigos de Jehová basan su fe y que se supone que le da sentido a las normas religiosas que reglamentan todas las facetas de sus vidas. Es esta, quizás, la primera gran diferencia no sólo con los ateos, sino también con otros cultos religiosos del propio cristianismo. Pero, a decir por las serias denuncias que surgieron en los últimos años y que en algunos países desarrollados se trasformó en un verdadero escándalo con abusos sexuales incluidos, no siempre se mide con la misma vara.
Esa piedra fundamental que es la estricta interpretación de la Biblia los pone al pie de una regla que pareciera atrasa siglos: “la de los dos testigos”. Claro, cuando el Libro de Dios, se refiere a ello toma un versículo del Deuteronomio (Antiguo Testamento) en la que refiere un caso de pena de muerte y sostiene que no se aplicará a menos que haya dos testigos. Y, a la luz de los años, se entiende. Pero, en caso de abusos sexuales, rara vez puedan existir testigos directos de casos de abuso o acoso sexual, más aún si el acusado forma parte de la estirpe conocida como “ancianos” que vendría a ser como el sacerdote o el pastor para otras religiones.
Por eso, cuando Cintia R (20) decidió contar su padecimiento apuntando a uno de los “ancianos”, sabía que no iba a ser fácil, que el camino iba a ser cuesta arriba. Pero igual se animó, primero en las redes sociales y después en la Justicia a través de una denuncia formal contra el pastor por supuesto abuso sexual simple.
La historia que vamos a contar y cuya denuncia está radicada en la fiscalía, ocurrió en Quilmes el 11 de agosto del 2019. Cintia intentaba dormir aquella noche cuando un imprevisto mensaje de WhatsApp la despabiló. “Mandame fotos de cómo estas vestida”, refería uno de los textos al tiempo que insistía, siempre según la declaración de la denuncia, para que vaya a un descampado que está frente al boliche El Bosque. Era casi la medianoche de aquel día. Si bien el teléfono aparecía con el nombre de la esposa del pastor, Cintia se dio cuenta que algo andaba mal. Y avisó a la mujer que su marido, el pastor, estaba acosándola.»Venite que te pago el Uber o el Taxi», habría escrito el Pastor en clara alusión a un acoso de tipo sexual sobre una joven que formaba parte de sus fieles. La joven aclaró que el encuentro nunca se produjo pese a la insistencia del adulto.
La pesadilla de Cintia continuó. Enterado el Consejo de Ancianos de la situación convocó al pastor a dar las explicaciones del caso y, según refiere la joven en sede judicial, éste negó todo en primera instancia y el resto de los pastores decidió mirar para otro lado. Como cuando se usa esa atrasada regla de los dos testigos. En el cara a cara con Cintia, según señala la joven, argumentó que estaba «ebrio» junto a otros amigos.
Pero el infierno no terminó allí. A los intentos de pedidos de perdón para evitar el escándalo y la denuncia siguieron amenazas de agresión física y hasta de muerte que la joven presentó también a la Justicia que ahora investiga la causa.
Días atrás, después de mucho meditar y pensar, Cinta decidió hacer la denuncia pública en las redes sociales. El primer posteo sobre este tema está fechado el 13 de junio y en los comentarios otras mujeres se suman a la denuncia y dejan su testimonio que podría poner sobre las cuerdas al pastor. Pocos días después, asesorada por el abogado Paolo Zaniratto, ingresó la denuncia penal para que se investigue el accionar del hombre e cuestión.
En este punto, Cintia también denuncia que fue víctima de reiteradas amenazas que incluso hablan de “matar” por lo que también lo dejó asentado en sede judicial.
Respecto a la cuestión juridica, el doctor Zaniratto señalo en diálogo con Infosur que «es una denuncia que es muy reciente, en la cual se debe procurar investigar los hechos con perspectiva de género, abogar por la protección de la víctima y las otras víctimas, muchas de las cuales no han hecho aún la denuncia. Por otro lado, el delito está tipificado en principio como abuso sexual simple, no obstante también se han denunciado las amenazas. Confiamos en que la justicia avance contra autores materiales y también encubridores».
