Vanesa Bulacio quería escapar de la violencia patriarcal y machista que suele convertir a la vida de las mujeres en un verdadero infierno. Hizo mucho en ese camino, pero no alcanzó. Él no aceptó esta decisión y tenía prohibido acercarse a ella, pero el sábado la siguió con el auto, la chocó, se bajó y la mató a cuchilladas. Después intentó matarse, pero sobrevivió y está detenido.
Vanesa tenía 42 años y vivía en Florencio Varela con sus cuatro hijos: tres nenas de 20, 16 y 14 años, y el varón de 6. Durante el día trabajaba de moza y a la noche estudiaba porque no había podido terminar la secundaria. Hacía un tiempo estaba conociendo a alguien. Ese hombre, viajaba con ella en el auto cuando fue atacada.
La víctima había denunciado varias veces a su ex y lo único que obtuvo fue una perimetral de 300 metros, pese que su agresor vivía en el mismo barrio a dos cuadras. «Yo la acompañé a la Fiscalía y escuché cuando le dijeron que no podían darle el botón antipánico porque tenía que llevar una ‘evidencia física’, relató indignada su hermana María en las redes sociales.
La primera denuncia fue después de que el hombre le sacara el celular en la calle y la empujara contra un vehículo que estaba estacionado.
María también contó que el agresor decía en el barrio que seguía en pareja con Vanesa. Según los compañeros del colegio la siguió varias veces y cuando ella no estaba en la casa, el hombre entraba. Finalmente el sábado, alrededor de las 19 horas, en el cruce de Beruti y Estada chocó con su camioneta el auto en el que viajaba la víctima, se bajó y la mató a cuchilladas.
El agresor intentó suicidarse haciéndose atropellar por un tren de la línea Roca en la esquina de Bolivia y Perón, pero se salvó y fue trasladado al hospital Mi Pueblo donde fue detenido. Actualmente está alojado en la Comisaría Tercera de Florencio Varela.
La víctima fue llevada a Hospital El Cruce donde llegó muy grave y a los pocos minutos murió. «Al lugar llegó el hijo del asesino de mi hermana para ponerse a disposición de la familia. Nosotros contra él no tenemos nada, pero le dimos las gracias y le dijimos que por el momento no necesitábamos nada. El joven, nos contó que su padre ya tenía denuncias por violento que le había hecho su mamá», concluyó María.
