Arnaldo Andrés López estaba orgulloso de su trabajo como Policía Bonaerense. «Siempre servicial y atento, de los mejores», dicen sus compañeros del Comando de Patrullas de Florencio Varela.
El 29 de diciembre alertado por un llamado al 911 concurrió en un patrullero a un enorme campo en el barrio Paraná. Dos balazos en el pecho lo dejaron internado, primero en el Hospital Mi Pueblo y después en el Sanatorio Fitz Roy de la Capital Federal. Allí, en esa cama de hospital, cumplió 40 años y le daba batalla a la muerte. Finalmente, en la tarde de este lunes, murió.
López estaba en pareja con Guillermina Fretes, también policía y que presta servicios en la comisaría primera de Quilmes. Actualmente viviendo en el barrio San Jorge, construían su casa propia en La Capilla.
La noticia se conoció en las últimas horas y todavía no se conoce dónde serán velados sus restos. La ceremonia será con rendición de honores pues fue asesinado en el cumplimiento del deber.
Por el caso, hay dos sujetos detenidos, uno de 37 años y otro de 18, sindicados de ser los autores de los balazos que terminaron con la vida del policía.
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