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El virus de la indiferencia: algunos males endémicos que desnuda el coronavirus

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Falta de cajeros y bancos, violencia de género y
pobreza extrema los males que desnuda el coronavirus

Sin dudas el coronavirus está generando una crisis sanitaria y social mundial sin precedentes. Nadie lo esperó, nadie lo vio venir pero aquí está. La pandemia trajo nuevas necesidades y por lo tanto nuevas demandas, pero también deja claramente expuestos algunos de los faltantes, en muchos casos históricos, como la falta de cajeros automáticos de las entidades bancarias y la falta de refugios y amparo para mujeres y niños en situación de violencia familiar.

Además, de una pobreza extrema profundizada por las políticas de los últimos años que deja en la indefensión a millones de familias.
En el primero de los casos las larguísimas colas frente a los pocos cajeros que funcionan, marcan sin dudas la improvisación y la desidia con la que funcionan las entidades bancarias en Florencio Varela y en toda la zona sur. Promesas y promesas que fueron cayendo desde hace mucho tiempo en saco roto frente a la demanda de una sociedad que está cada vez más bancarizada y para la que el cobro de las asignaciones, sueldos, jubilaciones, subsidios y demás ayuda que envía el Estado, es más que nunca una prioridad.

Eso sin contar que además no existen cajeros fuera del radio del centro, lo que obliga a las y los beneficiarios a trasladarse a como de lugar para intentar cobrar. De allí nuevamente a hacer las colas en los supermercados que respetan las listas de precios cuidados para intentar proteger de la voracidad lo ganado. Una carrera de obstáculos en el día a día para sobrevivir y tratar de no enfermarse.

Aunque ahora el referente de La Bancaria, el gremio del sector, anuncie que pide “atender lo urgente”, lo cierto es que nunca profundizó el respaldo a los constantes pedidos de Andrés Watson o su antecesor Julio Pereyra para que las entidades bancarias finalmente cumplan con su tarea de bien público. Y eso que dice vivir en Berazategui y conocer como la palma de la mano la zona sur del conurbano.

Los cierto es que los constantes reclamos por más cajeros, incluso el Concejo Deliberante sancionó una comunicación para que se atienda el pedido, siempre cayó en saco roto. Incluso, antes del 2015, los concejales encabezaron una marcha al Banco Provincia donde se convino la instalación de algunas medidas para palear la situación.

Un año atrás, apenas se instalaron cajeros en Bosques, uno de los centros comerciales más importantes de Florencio Varela que a todas luces no alcanzan.

Y en el medio de tanta remada cotidiana asoma otro de los “daños colaterales” de esta crisis sin precedentes: la falta de refugios y protección para las mujeres y sus niños que, en cuarentena forzada deben convivir, en muchos casos, con sus entornos familiares violentos y abusadores.

Lleva más de siete años el reclamo de la organización Multisectorial de Mujeres de Florencio Varela, Quilmes y Berazategui que pide por un lugar de amparo para víctimas de violencia de género. Y a pesar de que en diciembre de 2019 se inauguró un Hogar Municipal para Mujeres en situación de violencia en Varela que tiene lugar para 38 personas, la cantidad de casos denunciados (un 30 por ciento más que hace un mes), supera todo lo previsto. Incluso para intentar contener la situación el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades Nacional, puso en marcha desde hoy y en todo el país un nuevo protocolo: cualquier mujer en situación de violencia puede ir a cualquier farmacia y solicitar UN BARBIJO ROJO. Con tal solicitud quien la atienda entenderá que se trata de un pedido urgente de ayuda y se contactará con el 144 luego de tomarle los datos a la víctima para que la ayuda pueda llegarle donde este.

En momentos tan duros y de tanta incertidumbre donde todos deseamos cuidarnos y cuidar a los demás, sorprenden las medidas novedosas que se van tomando sobre la marcha para ayudar. Lo que no sorprende es la voracidad de los mismos sectores financieros y bancarios que una vez más se niegan a cumplir con su deber y poner al alcance de todos los instrumentos (en este caso cajeros automáticos) para que los ciudadanos puedan ejercer su derecho a cobrar en tiempo y forma.

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