En una madrugada que marcó a fuego la memoria de Florencio Varela, el 11 de febrero de 2017, la avenida Senzabello se convirtió en el escenario de una masacre que aún suscita interrogantes sin respuesta. La masacre que dejó como saldo la pérdida de Sabrina Barrientos y Denise Juárez, junto con Magalí Pineda y Némesis Nuñez heridas de gravedad, sigue envuelta en un manto de incertidumbre y desconfianza hacia las instituciones encargadas de administrar justicia.
Entre los múltiples episodios que cuestionaron la gestión del caso, destaca el enigma de la ambulancia que pasó de largo en el momento crucial de las ejecuciones, como revela de manera exclusiva el documental elaborado por Infosur. Las imágenes captadas por las cámaras municipales, aunque aparentemente tratando de eludir el suceso, no pueden ocultar la presencia de este vehículo de emergencia que, sin embargo, optó por continuar su camino sin detenerse a brindar asistencia a las víctimas.
Por qué la Justicia hizo todo mal en la Masacre de Florencio Varela
Pero este no es más que uno de los muchos traspiés judiciales que mantiene impune el crimen que conmocionó a la localidad varelense. Desde el inicio, el expediente fue objeto de una serie de irregularidades que han minado la confianza de la comunidad en el sistema de justicia. El traspaso del caso entre diferentes fiscales, las denuncias de conflictos de interés y la falta de avances significativos en la investigación alimentaron la sensación de impotencia y frustración entre los familiares de las víctimas.
Infosur ha sido incansable en su labor de exponer las inconsistencias y controversias que rodean el caso. A través de su documental, intentó arrojar luz sobre el accionar policial en la escena del crimen, destacando el inexplicable abandono al que fueron sometidas las víctimas mientras agonizaban en el pavimento de la avenida Senzabello. Además, puso de manifiesto la inexplicable decisión de la justicia de descartar la teoría presentada por un menor, sin ofrecer una explicación satisfactoria a los familiares.
En el centro de esta tormenta de críticas se encuentra la fiscal Dongiovani, quien fue objeto de fuertes cuestionamientos por su manejo del caso. El año pasado, su gestión se vio nuevamente bajo escrutinio tras el surgimiento de nuevos interrogantes en torno al caso de Lucas Escalante y Lautaro Morello, que mantienen en vilo a la comunidad varelense.
A siete años de la masacre que dejó cicatrices imborrables en Florencio Varela, el enigma de la ambulancia que pasó de largo sigue sin resolverse, sumiendo a las familias de las víctimas en una dolorosa búsqueda de justicia y verdad. Mientras tanto, la sombra de la impunidad continúa planeando sobre un caso que dejó heridas abiertas en el tejido social de la comunidad.