Home Actualidad ¿Cómo es tomar un medio de transporte en tiempos de Covid 19?

¿Cómo es tomar un medio de transporte en tiempos de Covid 19?

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Un mes atrás, cada uno tenía una rutina para salir de su casa rumbo a su trabajo o estudio, pero desde el 20 de marzo todo cambió, y es debido al Coronaviruos, que ha obligado a gran parte del mundo a aislar a su población. Muchos permanecen en sus hogares cumpliendo la cuarentena, pero están aquellos ( sector salud, seguridad, comercios de alimentos, farmacias ) cuyas funciones son esenciales.

Ellos deben salir si o si. A continuación cómo es salir de casa , subirse en un medio de transporte público en tiempos de pandemia.
Semanas atrás, al salir de casa siempre al mismo horario nos cruzamos con ese vecino que aun sin conocerlo nos hace sentir acompañado en el trayecto hacia la parada del transporte. Hoy esa compañía ya no está, y el caminar solo las largas cuadras rumbo al trabajo demuestran que nadie sale de su casa.

Ya en zona poblada – de paradas de colectivos y transito- la gente que sale porque no tiene otra, utiliza todo tipo de elemento para protegerse. Están los que llevan barbijos, otros con tapaboca improvisados con bufandas o pañuelos, pero también nos encontramos con los que podemos denominar «kamizases», esos que salen a la calle o toman un medio de transporte sin ningún tipo de resguardo.
En nuestro caso, nos tomamos el tren. En las plataformas de las estaciones ferroviarias del ramal Roca vía circuito, el personal está en las entradas y boleterías sin contacto con el pasajero.
Al subir a la formación- la cual circula con cronograma de domingos y feriados, no se visualiza personal de control y o guarda, los cuales están apartados de la gente en la zona del Motorman desde donde el guarda de la unidad lleva adelante la apertura y cierre de las puertas.

A diferencia de la actividad habitual en un tren, reina el silencio. Cada uno viaja en su mundo. Seguramente pensando en el día laboral que les espera; en la pandemia y en esquivar todo contacto con el «otro» para no contagiarse de ningún virus que puedan llevar a su casa, trabajo o que a la larga afecte a sus familiares.

La gente sacó del placar los pullovers, camperas, pañeros gorros y búfanas, pero no solo por la llegada de las temperaturas bajas del otoño sino por prevención, nadie quiere caer enfermo de nada.
En las estaciones son pocos los pasajeros que ascienden o descienden. El viaje es en silencio y separados unos de otros. No hay bullicioso, ni charla por teléfono, ni mensaje de voz, ni risas, ni música. La pandemia calo profundo en la gente y esta está en su mundo.

La paz en el viaje solo se corta con la voz a lo lejos de dos vendedores ambulante que intentan comercializar golosinas, nadie compra, nadie lo mira. Cada uno intenta tener el menor contacto con otro.

Al momento de bajar, es totalmente diferente al habitual de los argentinos. Nadie se apura, están los que buscan la manera de no tocar las puertas o manijas de asientos, para no tener contacto con nada. También están los que intentan bajar solos por lo accesos, con la premisa de no compartir ni el espacio, ni el aire.
Calles no tan desierta y pocos controles.

En las calles, la gente continua con la utilización del cubre boca, en algunos casos las distancias y el no contacto no se cumple.
Esperar los colectivos en la parada es la prueba de que la gente está aceptando las medidas de protección: barbijos, guantes y distancia. También los ómnibus llevan carteles de solo pasajeros sentados y distanciados, y están los conductores que para cuidar su salud, no suben a los pasajeros que no tengan barbijos o cubre boca.

La zona bancaria es la que se encuentra con mayor presencia de personas. Están los que intentan sacar dinero, los que necesitan hacer un trámite y los que deben pagar sus cuentas depositando en los cajeros automáticos. Allí en la zona de bancos es donde se encuentra mayor presencia policial, los cuales se encargan de controlar el cumplimiento de la distancia de 1,50 cm a 2 metros entre personas.

Sobre los controles de permisos para circular, no son muchos los que se puede ver. Ni en paradas de colectivos, ni en estaciones de trenes salvo cabeceras se solicita el permiso para transitar.
Mientras el aislamiento decretado por la presidencia en el país, la gente continua incorporando nuevos hábitos a la hora de transitar o tomar un medio de transporte, seguramente al igual que el alcohol en gel que llegó con la gripe H1N1, el barbijo y el tapaboca llegaron para quedarse como una prenda más en la cartera de la dama y en bolsillo del caballero.

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