La mañana en 550 y Novak de Florencio Varela venía tranquila, con vecinos que apuraban el paso camino al trabajo. Entre ese ritmo habitual, algo rompió la normalidad: una nena de dos años caminaba sola por la vereda, desorientada, sin la compañía de ningún adulto. La primera en verla fue una vecina del barrio, de 59 años, que no dudó en acercarse.
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Más tarde, ante la Policía, la mujer contaría que lo primero que sintió fue un tirón en el pecho: “No podía dejarla ahí sola… algo podía pasarle”. Fue ella quien llamó al 911 para pedir asistencia, mientras los vecinos se asomaban a la calle tratando de entender la escena.
Minutos después llegó el móvil 07 del Comando de Patrullas de Florencio Varela. Los efectivos entrevistaron a la mujer, que relató cómo la había encontrado caminando sin rumbo. En ese momento, al escuchar el movimiento en la vereda, salieron de una vivienda cercana dos jóvenes: eran los padres.
Se identificaron. Ante los policías explicaron que “estaban durmiendo” y que la menor “se salió sola”. La breve explicación no evitó el procedimiento: por protocolo, la familia completa y la vecina que dio aviso fueron trasladadas a la Comisaría Primera para formalizar actuaciones.
A esa altura, ya varios frentistas habían salido a la calle. La escena —una nena caminando sola mientras los padres aparecían recién al ver la Policía— generó preocupación en el barrio, que en otras oportunidades ya había señalado situaciones de riesgo vinculadas a descuidos de adultos.
La policía confirmó la intervención de la comisaría primera de Florencio Varela. Ahora resta que la justicia y los servicios correspondientes evalúen la situación familiar y determinen los pasos a seguir.
En 550 y Novak la mañana volvió a la rutina, pero quedó flotando la sensación de que la rápida reacción de una vecina pudo haber evitado una situación mucho peor. Una mínima intervención que, esta vez, hizo toda la diferencia.

